QUITO.- “Ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato”, señaló el presidente de Ecuador,
Lenín Moreno, en un acto público horas después de haber anunciado el
retiro del asilo al fundador de WikiLeaks, el australiano Julian
Assange. “
Su conducta ha sido irrespetuosa, inclusive, compañeros para
que lo sepan, ese señor, con sus heces fecales manchaba las paredes de
la Embajada, la casa de los ecuatorianos, el territorio ecuatoriano en
Londres”, denunció Moreno.
Y señaló que su país actúa bajo principios de
normas internacionales y por eso “hemos finalizado ese asilo
diplomático”.
El gobernante apuntó que “la paciencia de Ecuador tiene su límite” y subrayó: “Le hemos quitado el asilo a este malcriado y ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato”.
“De
ahora en adelante, tendremos mucho cuidado de dar asilo, el momento en
que sea de darlo, a gente que realmente valga la pena y no a miserables
hacker cuya única intención es desestabilizar gobiernos”, dijo en un
acto público sobre programas de agua desarrollado en la ciudad andina de
Latacunga.
Tras la detención, el embajador ecuatoriano en Londres, Jaime
Marchán, afirmó que el fundador de WikiLeaks era “continuamente un
problema” para Ecuador, que también ha revocado la nacionalidad
que le concedió al informático a finales de 2017.
Otra de las prácticas
que Ecuador le pidió que dejara era la de interferir en otros países. “Interfirió con las elecciones de Estados Unidos,
interfirió también con el asunto interno de Cataluña e interfería en la
política ecuatoriana haciendo declaraciones todo el tiempo”, dijo el
diplomático.
El Gobierno de Moreno se ha quejado en estos años de que Assange ha
hecho comentarios políticos que suponen una injerencia en asuntos
internos de países con los que Ecuador tiene buenas relaciones,
suscitando un problema bilateral. Entre otras cosas, se ha pronunciado sobre el desafío independentista en Cataluña.
De su lado, el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, José
Valencia, compareció por más de dos horas ante la Asamblea
Nacional (Parlamento), en donde explicó el caso Assange y las razones
por las cuales se retiró el asilo al australiano y se sometió a estudio
su naturalización.
Entre las razones que esgrimió figuran la
interferencia del fundador de WikiLeaks en asuntos externos de otros
Estados pese a la insistencia de Quito de que termine con esas
prácticas. Además, un mal comportamiento y falta de respeto hacia Ecuador y personal de la Embajada andina en Londres, donde el australiano recibió asilo en 2012.
El titular de la diplomacia ecuatoriana señaló como otra de las
razones a la salud de Assange, quien vio desgastada su condición por los
casi siete años que permaneció en un reducido espacio de la Embajada.
Valencia apuntó, además, que en el momento que Ecuador dio por terminado el asilo diplomático, no existía una demanda de extradición en contra de Assange y consideró que la Justicia inglesa ofrece garantías de debido proceso y protección.
Asimismo, el titular de la diplomacia ecuatoriana se refirió a
inconsistencias en el proceso de naturalización del australiano, que
ahora está sometido a una revisión con la participación de la
Contraloría.
Según el canciller, Ecuador gastó desde junio de 2012 hasta
septiembre de 2018, más de 5,8 millones de dólares en la seguridad en la
Embajada en Londres y otros 400.000 dólares en rubros médicos,
alimentación, lavado de ropa y consultorías de asesoría jurídica.
“Ecuador cumplió su parte”, apostilló.
La policía británica se llevó detenido este jueves al activista
australiano desde la Embajada donde estuvo asilado durante cerca de
siete años por temor a ser extraditado a Estados Unidos.
Washington reclama a Assange por los miles de documentos secretos que
aireó su portal WikiLeaks y le acusa de cargos que pueden acarrear
hasta cinco años de cárcel, mientras que la justicia británica pide
hasta doce meses de prisión por violar las condiciones de su libertad
condicional en el Reino Unido.
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