ARGEL.- Miles de ciudadanos invadieron este viernes el centro de Argel por
octavo viernes consecutivo pese a la reciente convocatoria de elecciones
presidenciales para el próximo 4 de julio y haciendo frente a la nueva
estrategia adoptada por la Policía para frenar al movimiento popular.
La protesta es para expresar el rechazo a la designación del nuevo
jefe de Estado interino, Abdelkader Bensalah y reclamar la salida de
todos los símbolos del poder del exmandatario Abdelaziz Buteflika.
En un pequeño furgón poniendo la música del fallecido Matub Lunas,
cantante cabil asesinado durante el decenio negro, Rabah con sus cinco
amigos vinieron desde la ciudad de Azazga en Tizi Uzu y pudieron pasar
pese a los puestos de control mantenidos por la Gendarmería en la
entrada este de Argel.
“Llegamos esta mañana a las cinco para decir hay que quitar a toda la banda”, dijo el joven.
En la Grand Post, epicentro de las protestas desde su inicio el
pasado 22 de febrero, miles de manifestantes gritaron ante el
dispositivo policial “Bensalah lárgate” o “silmiya silmya” (pacífica
pacífica) para hacer alusión al carácter de estas manifestaciones y
pedir a la Policía dejarles reclamar sus reivindicaciones de manera
cívica.
La Policía, que formó un cordón alrededor de la plaza, intentó en
varias ocasiones reprimir la manifestación, la octava en este primer
vienes desde la designación de Abdelkader Bensalah jefe de Estado
interino.
“Bensalah el marroquí, Argelia a sus hijos” repitieron los argelinos o “el pueblo educado y el Estado delincuente” gritaron.
Hasta ahora, la Policía no había reprimido las protestas, pero el
martes pasado comenzó a usar gases lacrimógenos y cañones de agua para
dispersar a miles de estudiantes, un gesto que provocó la furia de los
manifestantes que desde entonces ocupan en el centro de Argel rodeados
de un fuerte despliegue.
Los congregados se volvieron hacia los agentes a los que acusaron de
proteger a la cúpula de poder que ha empujado a Abdelaziz Buteflika a la
dimisión y acusaron a esta cúpula de haberse enriquecido y haber
manejado a Buteflika estando enfermo, además de responsabilizarla de la
aguda crisis política y social que padece el país.
La designación de Bensalah fue recibida con nuevas protestas contra
el primer ministro argelino, Nouredin Bedaui, el propio Bensalah y el
presidente del Consejo Constitucional, Tayeb Belaiz, que fueron
reprimidas por la Policía.
Los congregados reclamaron “una verdadera transición” dirigida por
hombres “íntegros” y propusieron los nombres del extitular de
Comunicación y antiguo embajador en España Abdelaziz Rehabi, del antiguo
primer ministro Ahmed Benbitour y del activista de derechos humanos
Mustafa Buchachi, uno de los líderes de la movilización.
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