sábado, 27 de abril de 2019

Manifestantes y ejército de Sudán acuerdan un reparto del poder de transición

JARTUM.- Los líderes de la protesta y el ejército de Sudán acordaron el sábado establecer una autoridad de transición conjunta entre civiles y militares, abriendo una nueva etapa en el cambio de régimen político del país, dos semanas después de la destitución del presidente Omar al Bashir.

Este compromiso se alcanzó durante la primera reunión de un comité conjunto que había sido creado el miércoles y que agrupa a representantes de la contestación y del Consejo Militar de Transición en el poder.
"Hemos acordado un consejo conjunto entre civiles y militares", dijo Ahmed al Rabia, representante de los manifestantes que participó en las conversaciones.
"Ahora estamos en consultas para determinar qué porcentaje del consejo debería estar representado por civiles y cuál por los militares", agregó.
Desde el 6 de abril, los manifestantes están acampados delante del cuartel general del ejército en Jartum, en un movimiento de protesta iniciado el 19 de diciembre para denunciar la decisión de triplicar el precio del pan, y que acabó derivando en una protesta contra el presidente Omar al Bashir.
Después de que el ejército destituyera a Al Bashir, el 11 de abril, los manifestantes decidieron mantener su sentada para lograr el traspaso del poder a una autoridad civil. Reclaman además que el presidente destituido y los principales responsables de su régimen sean juzgados.
El Consejo Militar de Transición, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, se resistió hasta ahora a los llamados a ceder el poder, incluidos los de la comunidad internacional. No obstante, tres de los diez miembros del Consejo dimitieron el miércoles.
El jefe del principal partido de oposición, Sadek al Mahdi, instó este sábado a su país a incorporarse "inmediatamente" a la Corte Penal Internacional (CPI). En declaraciones a la prensa en Jartum, también declaró que la destitución y el arresto del jefe de Estado por el ejército, ante la presión de la calle, no era "un golpe de Estado",
La CPI lanzó órdenes de arresto contra el expresidente sudanés para que responda a acusaciones de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad durante el conflicto en Darfur, región occidental de Sudán.
Al Bashir, de 75 años, siempre ha rechazado estas acusaciones.
El Consejo Militar se niega a extraditar al expresidente, quien se encuentra encarcelado en Jartum, y deja esta decisión al gobierno civil que se comprometió a instaurar en una fecha aún sin definir.
Al Mahdi, jefe del partido Al Umma, fue expulsado del poder en 1989 por el golpe de Estado de Al Bashir, siendo así el último primer ministro democráticamente elegido hasta la fecha en este país pobre de África.
El inicio de las manifestaciones el 19 de diciembre coincidió con el regreso del exilio de Al Mahdi
Para el jefe de la oposición, "lo que ha ocurrido en Sudán no es un golpe de Estado" sino una situación en la que las fuerzas armadas "se pusieron de parte de las reivindicaciones populares". 
"Es posible ponerse de acuerdo sobre [la puesta en marcha] de una autoridad civil con el Consejo Militar, pues este último no planificó ningún golpe de Estado", dijo Mahdi. Pero subrayó que su partido no se uniría al gobierno civil de transición.
"El régimen derrocado aún podría intentar dar un golpe de Estado", advirtió.
Los manifestantes interrogados el sábado seguían determinados. "No nos iremos hasta que no obtengamos un poder civil y leyes garantizando la libertad de expresión", dijo uno de ellos, Rawan al Fateh.
El país, de unos 40 millones de habitantes y cuyas reservas de petróleo se redujeron en tres cuartas partes desde la independencia de Sudán del Sur en 2011, se enfrenta especialmente a una grave escasez de divisas extranjeras.

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