BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) y China
iniciaron este martes una cumbre en la que las inversiones en
infraestructuras clave europeas o los subsidios industriales del gigante
asiático estarán en el punto de mira de los europeos, que tienen
previsto subrayar además sus compromisos con los derechos humanos.
El primer ministro chino, Li Keqiang, llegó a la sede del Consejo de la
UE para reunirse con los presidentes del Consejo y la Comisión
europeos, Donald Tusk y Jean-Claude Juncker.
El titular chino de Exteriores, Wang Yi, ha sido
recibido igualmente por la alta representante para la Política Exterior,
Federica Mogherini.
La UE y China afrontan esta
cumbre como socios estratégicos a la par que rivales en el ámbito de la
competitividad, tal y como reconocía la Comisión Europea (CE) en un
documento reciente.
A los europeos les preocupan
cuestiones como el reconocimiento de sus indicaciones geográficas, los
subsidios estatales chinos a la industria, las inversiones en
infraestructura crítica europea a través de iniciativas como la Nueva
Ruta de la Seda o el papel crucial que pueden tener empresas chinas como
la tecnológica Huawei en el desarrollo de las futuras redes móviles 5G.
Bruselas ya ha advertido de que la firma puede incurrir en problemas de
ciberseguridad y protección de datos si cumple con la ley china que
obliga a ese tipo de empresas a compartir información con los servicios
secretos del país.
Por el momento, fuentes
comunitarias no confirman si habrá un comunicado conjunto al término de
la cumbre, habida cuenta de puntos de discordia especialmente entre
algunos Estados miembros.
"La comunicación publicada
recientemente pone de manifiesto las muchas facetas que esta relación
tiene", respondió el portavoz comunitario Alexander Winterstein,
preguntado por el asunto durante la rueda de prensa diaria de la CE,
simultánea a la cumbre.
En esa rueda de prensa, la
portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kocijancic, respondió también a
una pregunta sobre la sentencia que declaró hoy culpables de cargos
como incitación, conspiración y alteración del orden público a nueve
destacados activistas de la "Revolución de los Paraguas", que movilizó a
miles de personas en 2014 para exigir avances democráticos en Hong
Kong.
"El respeto de derechos y libertades
fundamentales, incluyendo la libertad de expresión y reunión pacífica
son esenciales para el éxito de Hong Kong", indicó la portavoz.
En cambio, subrayó que este tipo de casos judiciales relacionados con
activismo político "podría tener un efecto en detrimento de su
desarrollo democrático".
Así, confió en que la región
especial administrativa de Hong Kong "retome la reforma electoral en
línea con la ley básica y logre un acuerdo sobre un sistema electoral
que sea democrático, justo, abierto, transparente y cumpla con las
aspiraciones del pueblo de Hong Kong en favor del sufragio universal".
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