EDIMBURGO.- La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, afirmó este domingo
que el Gobierno británico "no podrá obstaculizar" la convocatoria de un
segundo referéndum de independencia del Reino Unido, si, como dijo, las
encuestas siguen mostrando que el apoyo a la separación está creciendo.
La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) clausuró el congreso
de primavera, que la formación celebró en Edimburgo, con esta arenga a
las bases para que lideren la campaña que permita convencer a los
indecisos de que el mejor futuro para Escocia pasa por convertirse en un
estado independiente.
La líder nacionalista, que el pasado miércoles anunció que, como
consecuencia del Brexit, impulsará un nuevo referéndum de independencia
antes de que termine la actual legislatura en 2021, se topó de inmediato
con el firme rechazo del Gobierno de la conservadora Theresa May, cuyo
beneplácito es imprescindible.
“El jueves, (los conservadores) intentaron justificar su posición
diciendo que no hay un aumento en el apoyo a la independencia. Dos días
después, la última encuesta de opinión ya demostraba que están
equivocados”, indicó la dirigente escocesa.
Se refirió así a las palabras del número dos de May, David Lidington,
quien aseguró que no se concederá a Escocia la autorización necesaria
para celebrar un nuevo plebiscito, puesto que no existe “ninguna prueba
de que haya una demanda de la gente de Escocia para revisar la decisión
que tomaron en 2014”.
Entonces, en el referendo de 2014, el 55 % de escoceses rechazó la
separación, por lo que se dijo que la cuestión quedaba zanjada para al
menos una generación. Todo cambió con la victoria del Brexit en 2016,
tras la que el SNP reabrió el debate sobre la posible vuelta a las
urnas, si el país abandonaba la Unión Europea.
La crisis política desencadenada por la retirada británica del bloque
común ha demostrado, según declaró Sturgeorn, que el Gobierno de May ha
desoído al 62 % de escoceses que rechazó la salida.
A su parecer, los sondeos “muestran un apoyo a la independencia ya en
alza”, por lo que, animó a los militantes a “hacer que aumente” para
“asegurar que ningún gobierno conservador pueda obstaculizar nunca el
derecho de Escocia a elegir”.
La ministra principal aludió a la última encuesta de la firma YouGov publicada por The Times, según la cual el 49 % respaldaría la secesión (frente al 51 % en contra) y que se conoce después de otra de Survation para la organización “Escocia en la Unión”, que muestra que el apoyo a la separación habría caído hasta el 39 %.
Lo que parece más claro, de acuerdo con los sondeos, es que el
respaldo a la independencia subiría hasta el 52 % si hubiese un Brexit
sin acuerdo.
Sturgeon insistió en que su partido, que gobierna en minoría pero
cuenta con el apoyo de los Verdes para aprobar leyes que requieren de
mayoría cualificada como las relativas a una consulta o los presupuestos
generales, tiene el mandato tras “no solo una, sino dos elecciones
escocesas” para impulsar este referéndum.
“Es el momento, es hora de que Escocia se convierta en
independiente”, dijo la líder del SNP, que, sostuvo, “los últimos tres
años han demostrado, sin lugar a dudas que, para Escocia, el sistema
(político) de Westminster está roto”.
Pero la líder escocesa no lo tendrá fácil en este nuevo pulso con
Londres, que se niega a dar su visto bueno para activar la llamada
sección 30, la cual otorgaría al Parlamento escocés las competencias
necesarias para legislar sobre un referéndum.
La cuestión de la independencia marcó la agenda del congreso, que
aprobó una de las medidas económicas que más controversia genera: la
creación de una nueva moneda que, si Escocia fuese independiente, se
implantaría tras la realización de seis test económicos con la intención
de introducirla “tan pronto como fuera posible”.
La adopción de esta propuesta marca un cambio de rumbo respecto a la
política monetaria que el SNP defendió en el referéndum de 2014.
En aquella ocasión, el SNP, liderado por el exministro principal Alex
Salmond, apostó por mantener la libra esterlina en una unión monetaria
formal con el Reino Unido, una opción que el Ejecutivo británico de
David Cameron descartó y que, según los analistas, fue uno de los
factores que inclinó la balanza en contra de la secesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario