LA HABANA.- Ante las renovadas presiones de
Estados Unidos y la ineficiencia de su economía, Cuba estableció
prioridades "claras" en un plan hasta 2030 para evitar a toda costa
recaer en una seria crisis similar al llamado "periodo especial" de la
década de 1990, anunció este sábado el presidente Miguel Díaz-Canel.
"La
crudeza del momento nos exige establecer prioridades bien claras y
definidas, para no regresar a los difíciles momentos del 'período
especial'", dijo Díaz-Canel al cerrar una sesión extraordinaria de la
Asamblea Nacional, que aprobó esta semana la nueva Constitución del país
caribeño.
El mandatario, que cumplirá un año en la jefatura del
Estado el próximo viernes, reconoció que la isla aún arrastra "los
fardos de la ineficiencia administrativa, mentalidad importadora, falta
de ahorro y los insuficientes ingresos por exportaciones".
"No
podemos excluir las manifestaciones de corrupción y las ilegalidades,
inaceptables en la Revolución", subrayó el mandatario, que delineó "dos
prioridades absolutas: la preparación para la defensa y la batalla
económica".
La planificación de la economía cubana
hasta 2030 está concebida en tres etapas (2019-2021, 2022-2026 y
2027-2030), con un enfoque primario en seis "sectores estratégicos".
La
prioridad estará en el turismo, la industria biotecnológica y
farmacéutica, las fuentes renovables de energía, la producción de
alimentos, la construcción y la exportación de servicios profesionales,
este último considerado por analistas como la principal fuente de
ingresos para el país.
Entre las tareas "inmediatas",
Díaz-Canel incluyó la reorganización del comercio interior cubano, la
revitalización del sistema empresarial estatal y el impulso al sector
privado, integrado por más de 580.000 trabajadores autónomos.
Llamó
a "trabajar intensamente" para mejorar el abastecimiento de alimentos y
solucionar los problemas crónicos de vivienda, transporte y la calidad
de los servicios.
Hay que lograrlo, "aún en medio de
las asfixiantes persecuciones financieras que hacen particularmente
difícil la importación de bienes y recursos de primera necesidad", dijo
en referencia a las restricciones del embargo que EE.UU. ha redoblado
desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
También
mencionó el estímulo a la inversión extranjera, reconocida en la nueva
Carta Magna como vital para reflotar la maltrecha economía de la isla y
que todavía no alcanza los niveles necesarios lastrada por las trabas
burocráticas.
"Es imprescindible ahorrar y controlar
bien los recursos", pidió el presidente, en sintonía con el llamamiento
de su antecesor, el exmandatario y líder del gobernante Partido
Comunista de Cuba (único legal), Raúl Castro, cuando se dirigió al
Parlamento el miércoles pasado.
En su discurso, Castro
(87 años) instó a los cubanos a "estar preparados para la peor
variante" de la economía porque "la situación podría agravarse en los
próximos meses".
Díaz-Canel recordó la intensa crisis
financiera, energética y alimentaria que sufrió el país en los años 90
tras la caída de la Unión Soviética y la retirada de los subsidios del
bloque comunista.
Bautizado por el fallecido
expresidente Fidel Castro como "periodo especial en tiempo de guerra",
es un trauma que persiste en la memoria de los cubanos y un peligro que
el Gobierno cubano insiste en alejar.
"La historia
tiene algo que decirnos. (...) La generación de nuestros padres y
abuelos enfrentaron, con menos experiencia e incluso menos recursos,
momentos más graves y oscuros. Y salieron victoriosos", insistió el
primer presidente cubano sin apellido Castro en casi sesenta años.
Vaticinó
un "largo" y "arduo" periodo de trabajo para esta legislatura de la
Asamblea Nacional, que deberá aprobar el más de medio centenar de leyes
que se derivarán de la recién promulgada Constitución.
El
discurso del presidente cubano se produce en un momento de zozobra
económica para el país, que incumplió en 2018 sus ingresos por
exportaciones y mantiene un alto nivel de endeudamiento.
A
esto se suma la crisis en Venezuela, principal socio comercial de la
isla, que disminuyó drásticamente sus envíos de crudo subsidiado, por lo
que La Habana tuvo que buscar otros proveedores como Rusia y Argelia, a
los que compra a precios de mercado.
Durante la
sesión parlamentaria también intervino el ministro de Economía,
Alejandro Gil, quien aseguró que el plan de la economía hasta 2030 es
"cumplible", aunque reconoció que en la primera etapa (2019-2021), el
país enfrentará "fuertes restricciones financieras".
El
titular de Economía especificó que entre las medidas inmediatas estarán
el apoyo a proyectos de desarrollo local y autoabastecimiento, el
incremento de las exportaciones, el impulso a la inversión extranjera,
la venta a cruceros que toquen puertos cubanos, la extracción de
petróleo y la energía limpia.
Como "imprescindibles"
señaló la necesidad de un ajuste real de la planificación para no
incrementar la deuda, el cobro a tiempo de los ingresos por
exportaciones y asegurar la cobertura de la demanda interna de alimentos
y medicinas.
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