WASHINGTON.- La elevada deuda global, en niveles no vistos desde hace
décadas y alimentada por los bajos costes de financiación, aconseja
reforzar los colchones fiscales para contar con margen de maniobra ante
futuras crisis, remarcó este miércoles el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
"Las condiciones financieras son volátiles y
pueden darse la vuelta rápidamente. No hay escasez de crisis
financieras", apuntó Vitor Gaspar, director del departamento de Asuntos
Fiscales del Fondo, en una rueda de prensa.
A juicio de Gaspar, "los riesgos asociados con los altos
niveles de deuda pública no han desaparecido y esos son riesgos que los
ministros de Finanzas deberían gestionar cuidadosamente" por lo que "la
contención fiscal es recomendable".
"La política
fiscal debe tener agilidad a la vista de los riesgos a la baja", agregó
Gaspar, quien recordó que el total de deuda pública y privada global se
ubicó a finales de 2017 en 184 billones de dólares, lo que supone el 225
% del PIB mundial.
En concreto, apuntó que "las
economías con elevadas deudas deberían aplicar ajustes fiscales
graduales (Canadá, Francia, Japón, España, el Reino Unido, Estados
Unidos), especialmente con la vista puesta en que los saldos fiscales
permanezcan dentro de los niveles en los que la deuda se estabiliza, a
menos que haya signos de una recesión económica severa".
En esta ocasión, sin embargo, el Fondo señaló varias excepciones.
Son los casos de Alemania, China, Australia y Corea del Sur para los
que recomendó "un estímulo fiscal limitado y de alta calidad" con el
objetivo de contrarrestar un frenazo económico mayor al esperado.
Estas advertencias económicas se enmarcan en un panorama de crecientes
sombras, y se suman a las emitidas previamente por Tobias Adrian,
director del departamento de Asuntos Monetarios del Fondo, al presentar
su reporte de "Estabilidad Global".
Adrian recalcó
que "existen crecientes señales de que este ciclo de crédito está
madurando y los riesgos de un frenazo económico están aumentando".
Como consecuencia, existe la posibilidad de que "la confianza positiva
de los inversores se deteriore súbitamente, y lleve a un ajuste fuerte
de las condiciones financieras".
"Aunque los balances
corporativos son los suficientemente fuertes para sostener una
ralentización económica moderada o un gradual ajuste financiero, una
desaceleración significativa en el crecimiento de los beneficios o una
abrupta contracción financiera podría llevar a un notable deterioro de
la calidad del crédito", dijo.
En concreto, señaló
que se ven señales de riesgo en cerca del 70 % de las empresas presentes
en las mayores economías del mundo.
Este incremento
en la vulnerabilidad financiera se produce en un momento en el que los
bancos centrales, liderados por la Reserva Federal (Fed), han tocado el
botón de pausa en su proceso de normalización de la política monetaria.
También el Banco Central Europeo insistió hoy en que no habrá
movimiento en el precio del dinero, actualmente en torno al 0 %, hasta
el próximo año.
Por ello, la institución liderada por
Christine Lagarde instó a los bancos centrales a mantenerse apegados a
los indicadores para "evitar que los mercados reaccionen de manera
excesiva, y una mayor desaceleración económica".
Este
martes, el Fondo revisó a la baja sus previsiones de crecimiento global
en dos décimas, hasta el 3,3 %, ante las dudas generadas por la disputa
comercial entre EE.UU. y China, la posibilidad de un brexit sin acuerdo
y la ralentización económica en grandes economías en el euro como
Alemania.
El informe de estabilidad financiera se ha
dado a conocer al comienzo de la asamblea de primavera del organismo y
el Banco Mundial (BM), que congrega en la capital estadounidense a los
líderes económicos mundiales de sus 189 países miembros y que se
prolongará hasta el fin de semana.
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