GRONINGEN.- Desde
el puesto de pilotaje de su buque de pesca, Cor Vonk ve cómo se acerca
el drama: en caso de un Brexit sin acuerdo, este holandés ya no podrá
pescar en aguas británicas, lo que podría hundir el negocio familiar.
Hace décadas que sus compatriotas capturan gran parte de sus peces en el mar del Norte, frente a las costas inglesas.
Incluso
a pesar de la prórroga de seis meses de la fecha límite del Brexit
(hasta el 31 de octubre) acordada por los dirigentes europeos esta
semana, los pescadores holandeses siguen temiendo una salida sin acuerdo
de Reino Unido de la Unión Europea (UE), lo que para ellos sería
"desastroso", pues Londres podría cerrar el acceso a sus aguas.
La
tripulación del buque de Vonk, amarrado en el puerto de Den Helder, en
el norte de Holanda, descarga en silencio sus nuevas capturas
procedentes del territorio marítimo británico, antes de acudir a la
lonja.
De
las entrañas del barco salen más de cuatro toneladas de lenguado y
platija. Vonk, de 35 años, sabe que esta captura podría ser una de las
últimas de los próximos meses, hasta que el Brexit ponga fin a su
actividad.
El
principal motor económico de la pesca holandesa es el lenguado que se
esconde en los fondos arenosos frente a Dover, en Inglaterra. Por las
costas inglesas navegan un centenar de busques pesqueros holandeses,
cada uno con cinco o seis tripulantes.
"Así que hablamos de 500 o 600
familias que van a sufrir las consecuencias si nos quitan el derecho a
ir", considera Vonk.
"Alrededor
de 60% de los ingresos de la flota holandesa proceden de las aguas
británicas. Pero para algunos puertos es alrededor de 70%", asegura Pim Visser, director de la organización de pescadores de Holanda,
VisNed.
Es
el caso en Texel, una pequeña isla del norte del reino, de donde sale a
faenar cada domingo por la noche el buque de la familia Vonk desde hace
cuatro generaciones.
Cor, pescador desde hace 17 años, está al mando del buque "Klasina" desde que sucedió a su padre, Arie.
Arie no "pilla nada" del Brexit y su hijo se teme lo peor. El cierre de las aguas de Reino Unido sería un "drama", asegura Cor.
"Muchos
pescadores quebrarán a medio plazo. Puede que nosotros también",
reconoce este padre de dos niños de seis y nueve años. Cor ignora si
podrá mantener la empresa a flote tras el Brexit.
Sin
acceso a las aguas británicas "tendremos que regresar todos al
territorio europeo. Toda la flota pescará junta en un pequeño espacio,
que habrá que compartir. Vamos a ganar mucho menos dinero", explica el
joven.
"Eso
crearía zonas de pesca excesiva, menos pescado en la lonja, menos
trabajo en los puertos y las fábricas", abunda Pim Visser, que además de
su cargo en VisNed es director de la lonja de Den Helder.
Teme
un "efecto dominó realmente desastroso" para el sector, ya afectado por
la decisión de la UE de prohibir a partir del verano de 2021 la pesca
eléctrica, practicada principalmente en Holanda.
Un
doble golpe para la familia Vonk, cuyas redes están preparadas para
este controvertido método de pesca en el que se usan impulsos eléctricos
para capturar peces de los fondos marinos.
"Estamos a merced de la política", suspira Cor Vonk.
Los
colegas de Cor Vonk no entienden la actitud de los pescadores
británicos que esperan aprovechar un Brexit "duro" para recuperar el
control de su territorio marítimo, que aseguran no atravesar nunca
cuando salen a pescar.
"Reino
Unido vendió en el pasado numerosas licencias de pesca a sus vecinos e
importa el pescado capturado en sus aguas, por lo que no hay ninguna
competencia", señala Pim Visser, opuesto al principio de "aguas
nacionales".
"Esos
peces se reproducen en aguas danesas, creen en aguas holandesas y son
capturados en aguas británicas. Así que las aguas nacionales no existen,
no hay más que las aguas de la UE", considera.
El
lenguado o la platija pescados por la familia Vonk no son pescados
británicos u holandeses, "es un pescado verdaderamente europeo",
insiste.
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