HELSINKI.- El Partido Socialdemócrata de Finlandia
(SDP) ha sido la formación más votada en las elecciones legislativas de
este domingo con un 17,7 por ciento de los votos, apenas una décima por
delante del ultraderechista Partido de los Finlandeses, antes conocidos
como Verdaderos Finlandeses.
Los votos del SDP se traducirán según
las proyecciones en 40 del total de 200 escaños del Parlamento
finlandés, mientras que el Partido de los Finlandeses controlará 38
escaños. Los comicios han deparado un Parlamento muy fragmentado. De
hecho, es la primera vez en la historia del parlamentarismo finlandés en
la que ningún partido supera un 20 por ciento de respaldo popular.
Por
detrás de estos dos partidos se sitúa el conservador Partido de la
Coalición Nacional (NCP), con un 16,9 por ciento de votos y 38 escaños; y
del Partido del Centro de Finlandia del primer ministro saliente, Juha
Sipila (13,9 por ciento y 30 asientos), unos datos correspondientes al
98 por ciento del escrutinio.
La ecologista Liga Verde ha obtenido
un 11,4 por ciento de votos y 23 escaños y la Alianza de Izquierda se
ha situado en el 8,2 por ciento de votos y 15 puestos. Por detrás quedan
el Partido Popular Sueco de Finlandia (4,5 por ciento y 9 escaños) y el
Partido Cristianodemócrata (3,9 por ciento y 5 representantes).
Reforma
Azul, una escisión del Partido de los Finlandeses, en cambio se hunde y
apenas logra un 1 por ciento de votos. Los otros dos escaños para sumar
los 200 del Parlamento han ido a parar a otros candidatos. La
participación ha sido del 72 por ciento.
Con
estos datos, el Parlamento estará muy fragmentado y serán necesarias
amplias alianzas para lograr un Gobierno estable, aunque los
socialdemócratas parecen dispuestos a intentarlo tras su histórica
victoria.
"La reforma contra el paro y de la educación serán las
prioridades del gobierno que lidere el SDP. También los impuestos", ha
afirmado el líder del SDP, Antti Rinne, tras declararse vencedor de los
comicios.
Los aliados naturales del SDP serían los ecologistas y
la Alianza de Izquierda. El líder "verde", Pekka Haavisto, ha destacado
que son los mejores resultados de la historia para su partido: "Es una
tarde muy emocionante para los 'verdes'", ha apuntado.
Desde la
Alianza de Izquierda, Li Andersson ha manifestado ya su disposición a
recibir una invitación del SDP para abrir negociaciones para la
formación de un gobierno de coalición en cuanto se encarge a los
socialdemócratas la formación de gobierno.
Entre las tres
formaciones de izquierda sumarían 78 de los 200 escaños, mientras que la
derecha y la ultraderecha sumarían 68 asientos, lo que convertiría al
ahora gobernante Partido de Centro en la llave de la gobernabilidad.
Enfrente,
la ultraderecha destacaba sus buenos resultados. "Estamos abiertos a
colaborar, pero no a cualquier precio", ha señalado el líder del Partido
de los Finlandeses, Jussi Halla-aho. Para Halla-aho, este resultado es
"fantástico teniendo en cuenta las encuestas de hace cuatro meses".
Por
su parte, un portavoz del gobernante Partido del Centro de Finlandia,
Kimmo Tiilikainen, ha reconocido la derrota sin paliativos. "No le demos
más vueltas. Es una derrota clara", ha señalado.
El
Partido de los Finlandeses ha aprovechado el sentimiento xenófobo que
desde hace unos años sacude a los países nórdicos y una serie de casos
de abusos a menores por extranjeros aparecidos a principios de este año.
Dada
la proximidad de las elecciones europeas, desde Bruselas están
observando estos comicios con cierta tensión, dado que un buen resultado
de Los Finlandeses podría alentar el bloque de partidos europeos
nacionalistas enfrentados al núcleo europeísta de la UE en las urnas el
próximo mes de mayo.
Los socialdemócratas también han resultado
beneficiados por la ansiedad de la población; en su caso, por los
votantes más mayores, atemorizados por el envejecimiento de la población
y la inestabilidad del sistema del bienestar.
"Es una especie de
shock cultural el que estamos viviendo en Finlandia", explica la
investigadora del think tank e2 Karina Jutila. "Con todos los cambios
que están ocurriendo, mucha gente se está inclinando por ir cogidos de
la mano con el Partido de los Finlandeses", ha añadido.
El éxito
de la izquierda finlandesa marcaría un paréntesis en un periodo de
dificultades para el bloque tanto en Finlandia como en la región. En
Suecia, por ejemplo, el primer ministro del país, Stefan Lofven, ha
conseguido mantenerse en el poder a pesar de sufrir, el pasado otoño, la
peor derrota del siglo para su Partido Socialdemócrata, lo que le
obligó a comprometerse con partidos de centroderecha.
En Dinamarca
también están pendientes de los comicios porque un buen resultado
socialdemócrata animaría a su compañero danés en las encuestas, donde
están ganando terreno a costa de abrazar parte de una retórica
antiinmigración.
Rinne considera que su partido ha adoptado una
"vía intermedia" en lo que atañe a la inmigración al favorecer la
relacionada tanto con el trabajo -- para compensar el envejecimiento de
la población de Finlandia --, pero también favorece que se permita a
algunos refugiados por motivos humanitarios, como lo ha hecho el país
hasta ahora.
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