PARÍS.- No se habían apagado aún las cenizas del incendio en la catedral de Notre Dame y una lluvia de promesas de financiación, tanto de instituciones como de las mayores fortunas del país, ya trataba este martes de paliar la conmoción que sufren los franceses por uno de sus monumentos más queridos.
El presidente Emmanuel Macron
quiso dejarlo claro poco antes de la medianoche del lunes:
"Reconstruiremos Notre Dame todos juntos", y anunció una colecta oficial
en Francia y el extranjero.
Las autoridades francesas priorizan la hipótesis de un origen accidental del incendio que devastó durante horas la catedral Notre Dame de París y los investigadores han comenzado ya a interrogar a los testigos.
"Nada por ahora va en la línea de un acto voluntario. En
este momento, se da prioridad a la pista accidental", destacó en
declaraciones a la prensa el fiscal de París, Rémi Heitz, que es el
responsable de la investigación.
Y,
mientras tanto, los anuncios para donar fondos llegaron sin pausa. A
media tarde del martes, ya se contabilizaban hasta 750 millones de euros
en compromisos de donación.
La familia de Bernard Arnault, la mayor fortuna de Francia y propietaria del grupo del lujo LVMH, señaló en un comunicado que realizará "una donación de 200 millones de euros al fondo dedicado a la reconstrucción de esta obra arquitectónica, que forma parte de la Historia de Francia".
El anuncio de los Arnault respondía así al de la familia de François-Henri Pinault,
otro de los grandes bolsillos de Francia, que cuando el incendio
todavía no había sido sofocado, se comprometió a aportar cien millones a
través de su sociedad de inversiones Artemis.
No quiso quedarse atrás otra de las familias señeras del dinero galo, los Bettencourt-Meyers, dueños de L'Oréal, que pondrán otros 200 millones.
En un nivel algo inferior, otros clanes como los Bouygues o los Decaux,
que dan nombre a sendos grupos de telecomunicaciones y mobiliario
urbano, se comprometieron a poner de sus bolsillos 10 y 20 millones
respectivamente. La petrolera Total pondrá, según dijo otros cien
millones.
Quizá para poner en
contexto esta euforia dadivosa, el concejal de Cultura del Ayuntamiento
de París, Christophe Girard, se aprestó a matizar que a esas donaciones habría que descontarles las pingües desgravaciones fiscales que acarrean.
Y ese dinero, argumentó Girard en la emisora 'France Info', serán los contribuyentes quienes lo aporten.
El debate sobre las exenciones para quienes quieran aportar en la reconstrucción ya se ha abierto. El ministro de Cultura, Franck Riester,
baraja declarar Notre Dame como "Tesoro nacional" lo que garantizaría
reducciones de impuestos de más del 60% para empresas y particulares.
Pero
ni siquiera eso es seguro, ya que esa calificación se reserva
normalmente para las obras que corren riesgo de salir del territorio
francés. A primera vista, ese no parece el caso de la catedral parisina.
Con el fin de ordenar la previsible avalancha de contribuciones, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, propuso convocar una "conferencia internacional de donantes", que se celebraría en el Ayuntamiento.
También se comprometió a que la institución que dirige contribuya con unos 50 millones de euros para los trabajos.
Por su lado, la presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, anunció asimismo una donación de diez millones de euros.
A
todo ello habrá que sumarle las cantidades que los ciudadanos deseen
aportar de su propio bolsillo. Tras el llamamiento de Macron a una
colecta nacional, la Fundación del Patrimonio aseguró el martes a media
tarde haber recaudado unos 14 millones de euros.
Otras
iniciativas de microfinanciación han surgido en internet, y organismos
como la Liga de Fútbol Profesional ya han dicho que no permanecerán al
margen del esfuerzo colectivo.
Como icono
europeo y de la cristiandad, Notre Dame tendrá también la ayuda desde
fuera de Francia. El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, ya instó este martes a todos los Estados miembros de la UE a contribuir.
Pese
a todos estos anuncios, que por el momento no pasan de ser promesas y
buenas intenciones, es de prever que la parte del león en la
financiación de las obras se la lleve el Estado francés, propietario al
fin y al cabo de la catedral.
El monumento, el más visitado del país con 13 millones de personas cada año, pertenece al Estado desde la ley del 9 de diciembre de 1905, que consagró la separación entre Iglesia y Estado.
El Servicio de Bomberos de París dio este martes por la mañana por completamente extinguido el incendio, que ha causado graves daños en este símbolo de la arquitectura gótica francesa con más de 800 años de antigüedad.
"Todo el incendio está apagado",
ha asegurado Gabriel Plus, portavoz de los Bomberos de París, en
declaraciones a la prensa. "Ahora llega la fase de los expertos", ha
afirmado, en referencia a las labores de los técnicos para averiguar las
causas de este grave incendio que ha provocado, entre otros daños, el
derrumbe de la aguja de Notre Dame.
El incendio,
que comenzó poco antes de las 19.00 de la tarde (hora local) y que
podría estar relacionado con las obras de rehabilitación que se
realizaban eel templo, pudo originarse en el techo de la catedral, tal y como han explicado los bomberos.
Las llamas han provocado que se hayan quemado dos tercios de la techumbre de la catedral de París, explicó Franck Riester.
El principal rosetón en la cara norte "se ha podido preservar", según el titular de Cultura, pero se mostró más cauto sobre los otros dos, en espera de que se pueda verificar su estado.
Reconoció que los vitrales han sufrido daños y no quiso adelantar su opinión sobre la situación de los grandes cuadros, que por su dimensión no pudieron ser evacuados.
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