miércoles, 24 de abril de 2019

Weber se enfrenta a su promotora Merkel por el controvertido 'Nord Stream 2'

BERLÍN.- El candidato a las elecciones europeas Manfred Weber, al que Angela Merkel propulsó a esa posición, ha desatado una tormenta política en Berlín al cargar contra el gasoducto ruso-germano Nord Stream 2, un controvertido proyecto respaldado por la canciller pese a la oposición de varios socios de la UE.

El anuncio de Weber de que si llega a presidente de la comisión Europea (CE) tratará de detener este proyecto -con importantes consecuencias políticas y económicas- choca frontalmente con la posición del Gobierno alemán y del bloque conservador de este país, en el que militan Merkel y Weber.
Por eso, el Ejecutivo alemán se ha visto forzado a dedicar este miércoles media hora de su rueda de prensa a responder a las insistentes preguntas de los periodistas a este respecto, interesados en saber si la canciller sigue respaldando a Weber para el principal cargo en Bruselas tras esta traición en un asunto que ha desgastado a Merkel a nivel comunitario.
"El Gobierno alemán no comenta pronunciamientos de Weber como candidato para las elecciones europeas" y "el Nord Stream 2 es un proyecto empresarial que el Gobierno alemán respalda porque es de interés para Alemania y Europa", fueron los mantras más repetidos de la enrocada viceportavoz del Ejecutivo, Ulrike Demmer.
Las evasivas no han logrado contener el revuelo mediático por las declaraciones de Weber y el desconcierto dentro del bloque conservador, en el que Merkel, como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) accedió a respaldar a Weber, de la bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), en parte para suavizar los conflictos entre las dos formaciones hermanas en otros asuntos como la inmigración.
Pero las palabras de Weber siguen ahí, negro sobre blanco. "Como presidente de la CE aplicaré todas las reglas para bloquear el Nord Stream 2", dijo al diario polaco "Polska Times" Weber, quien se reivindicó como el candidato del Partido Popular Europeo (PPE) y "no como el candidato alemán".
Posiblemente el candidato conservador probaba fortuna en el nutrido caladero de votos polaco, donde el gobierno y gran parte de la población están en contra de la construcción del gasoducto porque consideran que eleva la influencia política de Rusia sobre Europa.
Polonia no está sola. Estonia, Letonia, Lituania y Dinamarca -así como otros socios europeos- han mostrado su oposición al proyecto y criticado que Berlín, por sus intereses económicos, no quiera ver que el Kremlin pretende así dividir a la UE. La CE ha expresado asimismo sus dudas, aunque ha evitado paralizarlo.
Estados Unidos, que lo ha criticado en los términos más explícitos, ha impuesto además sanciones a algunas de las empresas participantes. Pero Washington está asimismo deseoso de vender a Europa su Gas Natural Licuado (GNL), que produce de forma masiva gracias al fracking.
El Nord Stream 2, que está previsto que se complete este año, es un proyecto multimillonario que pretende conectar directamente Rusia con Alemania a través del mar Báltico, lo que evita cualquier problema de suministro por problemas de Moscú con los países de tránsito.
Tras las primeras críticas, Merkel defendió que se trataba meramente de una "iniciativa empresarial", aunque posteriormente reconoció que tenía una "componente política" que había que atender.
Esta cesión se debió en parte a la presión del Gobierno ucraniano, enfrentado a Moscú por el conflicto separatista en el este de su territorio, y que como país de tránsito de gran parte del gas ruso a Europa ve peligrar sus ingresos en concepto de impuesto de paso.

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