PEKÍN.- El
presidente chino, Xi Jinping, se desplazó el pasado lunes a una fábrica
de tratamiento de tierras raras, una simple visita que en plena guerra
comercial con Washington despierta el fantasma de un bloqueo de las
exportaciones de estos metales imprescindibles para Estados Unidos.
La
guerra comercial entre Washington y Pekín quemó una nueva etapa con el
pulso tecnológico con Huawei, el fabricante chino de teléfonos
inteligentes, cuya existencia se ve amenazada tras el embargo a los
"chips" electrónicos estadounidenses y la decisión de Google de cortar
los lazos con este grupo.
Pero
de la misma forma que Pekín depende de la tecnología estadounidense,
Washington, como el resto de países, tiene una gran dependencia de
algunas exportaciones chinas, como las tierras raras.
El
gigante asiático produce el 90% de tierras raras del planeta, un
conjunto de 17 metales esenciales en la fabricación de productos
tecnológicos punteros, como los teléfonos inteligentes, las pantallas de
plasma o los vehículos electrónicos.
Detrás
de la visita del lunes de Xi Jinping, que dispuso de un gran
seguimiento por la prensa oficial, había un mensaje: "China tiene una
forma de presionar" a Estados Unidos, explican los analistas del
gabinete Trivium China.
"Las
tierras raras son un importante recurso estratégico", aseguró Xi
Jinping, según informó este miércoles la agencia oficial Xinhua.
"Solo
en el caso en que poseamos una tecnología independiente, podremos ser
invencibles", añadió el presidente chino, que de esta forma parecía
relacionarlo con las dificultades de Huawei.
Esta
demostración de fuerza del gobierno chino "no es fruto del azar",
confirmó el sinólogo Li Mingjiang, de la Escuela S. Rajaratnam
de estudios internacionales de Singapur.
"Está
claro que en estos momentos, en el seno del gobierno chino, reflexionan
sobre la posibilidad de utilizar la prohibición de las exportaciones de
tierras raras como una arma política contra Estados Unidos", añadió.
"Esto podría ser visto como una escalada importante" por Washington,
reconoció este analista.
Las
tierras raras son unos "metales estratégicos" debido a sus propiedades
electromagnéticas, fundamentales para la industria tecnológica.
China
dispone por lo tanto de una "arma estratégica", según el informe anual
de las materias primas Cyclope, y no dudará en utilizarla.
En
2010, en represalia a una disputa territorial, las autoridades chinas
ya interrumpieron las exportaciones de tierras raras a Japón.
Las empresas tecnológicas japonesas, muy dependientes de las exportaciones de la potencia vecina, se vieron muy afectadas.
Para
preservar estos recursos, Pekín ya instauró en el pasado cuotas de
exportaciones de tierras raras. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón
llevaron esta práctica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC)
que les dio la razón.
No
obstante, siguen en vigor cuotas de producción establecidas con el
argumento de proteger el medioambiente, ya que la fabricación de estos
metales es muy contaminante.
"No
podemos excluir que China aumente la presión sobre Estados Unidos
alegando problemas medioambientales", considera Kokichiro Mio,
especialista sobre China del instituto de investigación japonés NLI.
"Una
amenaza" que se quedaría sólo en eso y no se concretaría, estimó este
especialista, ya que Pekín "no quiere echar leña al fuego".
Un
embargo de las tierras raras "afectaría a un determinado número de
industrias estratégicas" en Estados Unidos, como la robótica, la
informática, la aeronáutica o los láseres medicales, explica el analista
David Lennox del gabinete Fat Prophets.
Aunque
el impacto no sería "inmediato", tendría repercusiones ya que "no hay
un verdadero sustituto de las tierras raras", explica.
"China
no quiere entrar directamente en conflicto con Estados Unidos", pero
las tierras raras sirven para "meter presión psicológica", afirma el
analista político Chen Daoyin, desde Shanghái.
El
gigante asiático no solo es su principal productor, sino que en los
últimos años invirtió en numerosas explotaciones de tierras raras fuera
de China, por ejemplo, en el yacimiento de Kvanefjeld en Groenlandia,
considerado el segundo del mundo, según el informe Cyclope.
Reflejo
de la vulnerabilidad estadounidense, las tierras raras, así como los
medicamentos, se verán exentas del aumento de aranceles que Washington
impondrá a la casi totalidad de productos chinos.
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