jueves, 16 de mayo de 2019

El Plan de Trump para inmigración no convence ni a los republicanos

WASHINGTON.- El plan del presidente Donald Trump para reunir a los republicanos tras una reforma migratoria integral –un movimiento para contrarrestar las percepciones de que el Partido Republicano está en contra de la inmigración antes de las elecciones de 2020–, mostraba signos de derrota incluso antes de que fuera oficialmente revelado.

Los detalles de la propuesta ya han condenado sus perspectivas legislativas entre los demócratas. Pero algunos miembros del propio partido de Trump también están echando agua fría sobre el plan, una señal de que podría ser contraproducente, lo que profundizará las percepciones de que el presidente es un radical contra la inmigración a la vez que expone las divisiones políticas del Partido Republicano.
El presidente del comité judicial del Senado, Lindsey Graham, un republicano de Carolina del Sur que supervisa la legislación sobre inmigración, asegura que el proyecto no se convertirá en ley. 
"Todos sabemos que no será aprobado sin tratar los demás aspectos de la inmigración", dijo el miércoles.
Graham planea avanzar en cambio con un esfuerzo muy específico para revisar las leyes de asilo para los inmigrantes centroamericanos e instó al presidente a trabajar con los demócratas para forjar un compromiso al respecto.
En su anuncio formal el jueves en la Casa Blanca, Trump describió el plan como "proinmigración", diciendo que los demócratas proponen "fronteras abiertas, salarios más bajos y, francamente, un caos sin ley".
"Nuestro plan transformará la inmigración de EE.UU. en el orgullo de nuestra nación y la envidia del mundo moderno", dijo Trump. "Nuestra propuesta es proestadounidense, proinmigración y protrabajadores".
La propuesta de Trump exige nuevos fondos para las medidas de seguridad fronteriza, incluida la construcción del muro fronterizo del presidente, así como la implementación de un nuevo sistema de méritos basado en puntos para la asignación de permisos de residencia.
Lotería de diversidad
El plan de Trump eliminaría programas defendidos por los demócratas, incluida la lotería de visas de diversidad, y en su lugar ofrece "puntos" adicionales bajo el sistema de méritos a los ciudadanos de ciertos países. Eso contribuiría a las clasificaciones generales, y los solicitantes de visas aumentarán su puntaje si tienen la edad deseada, son competentes en inglés, tienen una oferta de empleo en un cierto rango salarial o están certificados en cierta capacitación vocacional.
El plan también carece de programas como E-Verify, un sistema que permite a los empleadores confirmar la elegibilidad de sus trabajadores. Existe la preocupación de que el cambio hacia trabajadores altamente calificados pueda tener un impacto adverso en las industrias de la construcción y agrícola, las cuales dependen de la mano de obra inmigrante.
El plan de la Casa Blanca no dice nada sobre el manejo de visas especiales que se han creado a lo largo del tiempo, a menudo a instancias de intereses corporativos y donantes que buscan asegurar el estatus migratorio de grupos de empleados clave.
El plan de Trump también evita el tema de los inmigrantes que ya se encuentran en el país de manera ilegal, incluida la cuestión del estatus de los soñadores, quienes llegaron al país cuando eran niños, una preocupación clave para los demócratas y los legisladores republicanos moderados.
Graham advirtió que Trump "será el responsable del problema" si no está dispuesto a aceptar cambios que podrían convencer a los demócratas.
Esa es una preocupación persistente entre muchos republicanos, quienes temen que la feroz retórica del presidente sobre la inmigración –por no mencionar el cierre de gobierno de 35 días por el financiamiento del muro fronterizo y su decisión posterior de declarar una emergencia nacional para reprogramar fondos para ese proyecto, en desafío al Congreso– podría tener consecuencias electorales.
Los demócratas intentaron rápidamente capitalizar esas preocupaciones. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer dijo que el plan representa "las mismas políticas partidistas y radicales contra los inmigrantes que la administración ha impulsado durante dos años” y no han ganado suficiente apoyo para aprobarse.
En una encuesta de The Economist / YouGov publicada a principios de este mes, solo 42% de los estadounidenses aprobó la forma en que Trump estaba manejando la inmigración. Subrayando la importancia del problema, 13% de los estadounidenses dijo que la inmigración era el problema más importante para ellos, solo por detrás de la atención médica entre las principales prioridades.

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