WASHINGTON.- Estados Unidos y China
volvieron el jueves a la mesa de negociaciones en medio de un estallido
de hostilidades pero el presidente Donald Trump considera posible un
acuerdo que termine la guerra comercial entre ambas potencias.
La
delegación china, que incluye al viceprimer ministro, Liu He, fue
recibida por el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert
Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Aún con la amenaza de aumentar desde la próxima medianoche
a 25% los aranceles a productos chinos importados por 200.000 millones
de dólares, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo más
temprano que un acuerdo "sigue siendo posible".
"Es posible
hacerlo", dijo Trump.
"Recibí una hermosa carta del presidente Xi.
Trabajemos juntos y veamos si se puede hacer algo", comentó.
Pero Trump dijo estar más que feliz de recurrir a los aranceles para resolver las pendencias con China.
"Soy
diferente a mucha gente. Yo pienso que los aranceles, para nuestro
país, son muy poderosos", dijo a contrapelo de quienes consideran que
terminan siendo trasladados a los precios que pagan empresas y
consumidores.
Meses de aparente buena
voluntad y optimismo, parecieron desvanecerse esta semana cuando
funcionarios estadounidenses acusaron a los de China de haber dado
marcha atrás en puntos ya pactados. Los chinos niegan haber hecho eso.
"Tomaron muchas partes de aquel acuerdo y las renegociaron. No se puede hacer eso", dijo Trump el jueves.
Más temprano, el Ministerio de Comercio de China dijo que
no "capitulará ante ninguna presión" y amenazó con aplicar represalias
tras enfatizar en el deterioro drástico de las negociaciones.
"La
parte china mantiene sus promesas y eso no ha cambiado", dijo el
ministerio, sin las medidas que Pekín podría aplicar. Sin embargo
advirtió que China "ya está preparada para todas las situaciones
posibles".
Desde el año pasado ambas potencias se aplicaron
recíprocamente aranceles a bienes por valor de 360.000 millones de
dólares; perjudicando a la agricultura estadounidense y a los sectores
manufactureros de ambas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI)
reiteró el jueves que "las tensiones entre Estados Unidos y China en la
esfera comercial son una amenaza para la economía global".
El
Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que en marzo el
déficit comercial con China fue el más bajo en tres años con
exportaciones en ascenso e importaciones en baja, especialmente en
artículos como teléfonos.
La súbita efervescencia del conflicto afectó a los mercados y perturbó a los exportadores estadounidenses.
Pero
el mensaje de Xi a Trump pareció aliviar un poco los nervios de Wall
Street este jueves y el índice Dow Jones recortó en algo las pérdidas
con las con las que había abierto y cerró con baja de 0,5%
Las plazas de Europa y Asia volvieron a caer.
Derek
Scissors, experto en China del centro American Enterprise Institute,
dijo que ambas partes han chocado sobre cuánto de lo acordado
debe ser conservado en el documento final. "Hubo un malentendido
fundamental", dijo en un correo electrónico.
"Trump enfrenta una batalla política por venderle a China
que el documento es valioso. Para eso, necesita un documento público con
lo que obtiene para Estados Unidos", dijo Scissors .
"Pero lo que China quiere que se haga público es menos y desea mantener privacidad", dijo.
"Ambas partes fracasaron en advertir que tienen diferente tolerancia a la transparencia", apuntó.
Scott
Kennedy, experto en comercio del Center for Strategic and International
Studies, dijo que China calculó mal el grado de ansiedad de Estados
Unidos por cerrar un trato a cualquier costo.
"Cuando retiraron
sus concesiones de la mesa, no se imaginaron que la administración (de
Trump) reaccionaría como lo hizo", dijo.
Kennedy advirtió que son "muy altas" las posibilidades de errores de cálculo en ambas partes.
Productores
chinos dijeron que el abrupto anuncio de aranceles generó una mayor
confusión en los negocios y puede generar costos más elevados, despidos y
graves efectos en la producción de todo el sureste de Asia.
"Si
los aranceles suben a 25%, los costos subirán. Hasta ahora los clientes
suspendieron órdenes de compra. No sé lo que va a pasar", dijo Emily
Wang de la firma china exportadora de comida Hainan Zhongyi Frozen Food.
Washington
exige que Pekín respete los principios del mercado, reduzca sus masivos
subsidios y termine con el supuesto robo de tecnología estadounidense.
Analistas
dicen que China es reticente a hacer concesiones por cuánto podrían
socavar al propio Partido Comunista que la gobierna.
Mientras
compañías estadounidenses se quejan por la pérdida de mercados,
interrupciones en la cadena de suministros y costos más altos, el país
sigue mostrando solidez en su economía y está a un tris del pleno
empleo.
Pero ambas partes creen estar mejor posicionadas que la potra como para sobrevivir a la disputa, dijo Kennedy.
Los
chinos "no se ven a sí mismos como frágiles y creen que Estados Unidos
crece a gran ritmo debido a rebajas de impuestos que no podrá seguir
afrontando", dijo.
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