WASHINGTON.- La
administración del presidente Donald Trump dijo hoy a China que tiene un
mes para cerrar un acuerdo comercial o enfrentar aranceles en todas sus
exportaciones a EE.UU., incluso mientras ambas partes intentaban evitar
una ruptura pública en las negociaciones a pesar del estancamiento
actual.
La
amenaza se hizo durante las conversaciones en Washington el viernes,
horas después de que Trump subiera la apuesta imponiendo una segunda
ronda de aranceles punitivos sobre 200.000 millones de dólares en productos
chinos.
Las conversaciones se encuentran bajo un escrutinio en los
mercados financieros mundiales, y las acciones estadounidenses subieron
luego de que los negociadores de ambos lados dijeran que la sesión había
sido bastante buena.
En
una serie de tuits que animaron aún más a los mercados, el viernes
Trump declaró que las conversaciones con China habían sido "sinceras y
constructivas".
"La relación entre el presidente Xi y yo sigue siendo
muy fuerte, y las conversaciones continuarán en el futuro", dijo.
Más
conversaciones son posibles, pero no hay un plan inmediato para la
próxima ronda, de acuerdo con una persona familiarizada con las
negociaciones.
Anteriormente,
en una reunión con el viceprimer ministro chino, Liu He, los
funcionarios de EE.UU. expusieron sus resultados finales y le dijeron
que Pekín tenía tres o cuatro semanas para llegar a un acuerdo o
enfrentarse a aranceles adicionales de 25% sobre 325.000 millones
adicionales en exportaciones a EE.UU., según personas familiarizadas con
las conversaciones.
La amenaza se produjo en respuesta a la falta de
concesiones significativas por parte de China durante dos días de
reuniones, dijeron las personas.
La
falta de progreso dejó importantes interrogantes sobre la búsqueda de
un acuerdo comercial, apenas una de las fuentes de tensiones en una
creciente rivalidad geopolítica que ya está cambiando las cadenas de
suministro y poniendo a prueba las alianzas económicas y de seguridad
establecidas.
En
una serie de tuits matutinos, Trump, que busca la reelección en una
economía en auge en EE.UU., trató de justificar su decisión de aumentar
los aranceles y convencer a las empresas y los mercados financieros de
que no se estaba alejando de un acuerdo.
"No
hay ninguna prisa", dijo el presidente de EE.UU. En otro tuit, Trump
propuso un vasto nuevo plan de usar los ingresos por los aranceles para
comprar las cosechas de los agricultores estadounidenses que han visto
colapsar sus exportaciones a China y enviarlas a los países pobres como
ayuda.
El
buen humor presidencial ocultó lo que las personas familiarizadas con
las discusiones aseguran ha sido un estado de ánimo cada vez más sombrío
en torno a las negociaciones en los últimos días. Antes del repunte el
viernes por la noche, los mercados estadounidenses habían registrado su
peor semana del año hasta el momento, ya que la tregua comercial que
había existido durante meses se rompió por los nuevos aranceles de
EE.UU.
El S&P 500 se recuperó de pérdidas anteriores el viernes, terminando el día con un alza de 0,4%.
El
movimiento arancelario de esta semana probablemente tendrá
consecuencias significativas a corto plazo para los minoristas y otras
empresas estadounidenses que dependen de las importaciones de China.
Pero extenderlo a todo el comercio aumentaría aún más las apuestas
económicas y políticas para Trump y las empresas estadounidenses.
Un
paso de este tipo generaría aumentos de precios en los teléfonos
inteligentes, las computadoras portátiles y otros bienes de consumo, del
tipo que los asesores de Trump han estado ansiosos por evitar debido a
la preocupación por las consecuencias.
Probablemente provocaría más
represalias, y algunos economistas predicen que incluso podría hacer que
la economía estadounidense entre en recesión, justo cuando Trump se
enfrenta a la reelección en 2020.
Esos riesgos son una de las razones por las que algunos analistas creen que las dos partes eventualmente lograrán un acuerdo.
"Es
de interés para ambas partes ’seguir hablando’", asegura Clete Willems,
quien hasta el mes pasado se desempeñó como director de economía
internacional en el Consejo Económico Nacional de Trump.
“No creo que
haya ninguna razón por la que ya no podamos tener un acuerdo. Se ha
progresado mucho en los últimos cuatro o cinco meses y no deberíamos
desperdiciar eso".
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