WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, restó este
lunes importancia a los aranceles impuestos por China este lunes a
productos estadounidenses e insistió en que su Gobierno tiene aún mucho
margen para seguir imponiendo gravámenes multimillonarios a los bienes
de Pekín.
"Dije: está bien, está bien, poned los
aranceles", señaló Trump en declaraciones a los periodistas en la Casa
Blanca al recibir al primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
El mandatario explicó que su Ejecutivo "tiene derecho" a
imponer un 25 % de aranceles a otros 325.000 millones de dólares, pero
reconoció que "todavía" no ha tomado una decisión al respecto.
Las palabras de Trump se produjeron horas después de que Pekín
anunciase que desde el 1 de junio impondrá aranceles del 25 % a bienes
importados del país por valor de 60.000 millones de dólares, en
respuesta los gravámenes por valor de 200.000 millones de dólares a
productos chinos.
En ese sentido, Trump quitó
importancia a las medidas tomadas por el Gobierno chino y al posible
impacto que puedan tener sobre la economía de Estados Unidos, al
remarcar su fortaleza.
El déficit comercial de EE.UU.
con China fue en 2018 de 419.000 millones de dólares debido a que las
exportaciones estadounidenses al gigante asiático fueron de solo 120.000
millones mientras que EE.UU. importó bienes desde China por 540.000
millones de dólares.
"Me encanta la posición en la
que estamos (...) Puede que haya represalias, pero serán menores
comparadas con las nuestras. Hacemos muchos menos negocios con ellos que
ellos con nosotros", destacó.
Además, el gobernante
se vanaglorió de su estrategia en materia comercial con China y aseveró
que está generando altas cantidades de ingresos a Estados Unidos.
"Nunca hemos hecho eso antes con China. Francamente, nunca antes lo
hemos hecho con nadie, porque todo el mundo se ha aprovechado de
nuestros acuerdos comerciales", defendió.
Las
negociaciones con China para llegar a un acuerdo se enfriaron el viernes
después de que Washington comenzara a aplicar ese día el aumento del 10
al 25 % los aranceles a bienes importados del gigante asiático,
rompiendo así una tregua de más de seis meses en la disputa comercial.
Trump explicó que tomó la decisión de aprobar esta nueva ronda de
gravámenes después de que China se levantara de la mesa de negociación
sin un acuerdo, cuando el pacto comercial estaba "un 95 %" hecho.
Los expertos auguran que el estancamiento en las negociaciones entre
ambos países puede alargarse hasta al menos los próximos 28 y 29 de
junio, fechas en las que Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, re
reunirán durante la cumbre del G20 en Osaka, en el oeste de Japón.
"Vamos a reunirnos (Xi y yo) en el G20 en Japón y esa será
probablemente una reunión muy fructífera", anunció este lunes Trump, que
lleva meses hablando de una posible reunión con él para cerrar un
acuerdo que permita detener la actual guerra comercial bilateral.
Lejos de aflojar la intensidad de las disputas con Pekín, Trump ordenó
el viernes a la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. (USTR,
por sus siglas en inglés) analizar unos hipotéticos gravámenes
adicionales sobre bienes chinos valorados en 325.000 millones de
dólares, aunque esa decisión podría tardar tres meses en implementarse.
Los mercados financieros registraron esta jornada fuertes pérdidas como
consecuencia de las renovadas tensiones comerciales entre Washington y
Pekín y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall
Street, cayó al cierre un 2,38 %, en una jornada negra en el parqué
neoyorquino.
De hecho, el pulso comercial entre ambas
naciones arrastró a todos los indicadores de EE.UU. y dejó al Nasdaq,
que descendió un fuerte 3,41 %, en su peor día de 2019.
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