Demasiado lejos parece haber ido el Presidente Donal Trump en su
guerra comercial con China que acaba de extender al campo tecnológico en
pos de cercar y bloquear a Huawei, el gigante tecnológico y telefónico
chino al que Google, presionado por Trump, acaba de lanzar un órdago
cerrándole sus puertas a la actualización de su sistema operativo, a las
APP y a su Gmail y navegador.
Lo que, en un principio parecía un misil impactando en la línea de
flotación del portaaviones Huawei. Pero mientras las guerras comerciales
y la nueva tecnológica entraban en la escena internacional y sacudían
las Bolsas de medio mundo -empezando por el Dow Jones neoyorquino-.
El
Presidente de China, Xi Jinping, respondió con celeridad y se trasladó a
la región de China donde se producen los llamados ‘minerales raros’ que
son imprescindibles tanto para el armamento como para la más alta
tecnología de los EE.UU.
Y el rugido del tigre chino, que no es de papel como se imaginaba
Trump, retumbó con estruendo en USA porque Xi Jinping ya había lanzado
de esa manera su respuesta y su misil sobre el portaaviones tecnológico
de USA.
Y todo ello mientras Huawei anunciaba tener preparado su sistema
operativo para sus teléfonos. Y a no perder de vista que puede pasar
con Google y todos sus productos en gigantesco mercado de China.
En el mundo global en el que vivimos poner puertas de hierro al
comercio y al desarrollo e intercambio tecnológico mundial se antoja
imposible sin que los autores de esos ‘cinturones comerciales y
tecnológicos’ no resulten también afectados de una u otra manera por sus
propias agresiones.
Además, siendo China un sistema capitalista/comunista (dueño de buena
parte de la deuda pública de USA) y una gigantesca fábrica
internacional de mano de obra barata, todo apunta que tiene más
capacidad de aguante y de resistencia frente a sus competidores y
proveedores del ámbito privado de los EE.UU. aunque tengan el respaldo
de Trump.
Máxime cuando Washington tiene muchos puentes rotos con Rusia y con
la UE, donde dicho sea de paso Huawei tiene importantes acuerdos
(Francia, Alemania y España ahí incluida) en redes electrónicas y para
la implantación del 5-G.
Lo que nos presenta un horizonte de inquietud e
incertidumbre que asoma sus riesgos en los mercados bursátiles con
primeras sacudidas que ya se verán hasta donde llegan,w pero que en
estos primeros compases son para preocupar.
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