martes, 28 de mayo de 2019

EE.UU. insta a China a evitar la persistente debilidad de su moneda

WASHINGTON.- El Departamento del Tesoro de EE.UU. llamó este martes a China a evitar la persistente debilidad de su moneda, al justificar su decisión de mantener al gigante asiático en la lista de economías que merecen "atención" por sus prácticas cambiarias.

En un informe, titulado "Políticas macroeconómicas y cambiarias de los principales socios comerciales de EE.UU.", el Tesoro señaló que continúa teniendo "preocupaciones significativas" sobre las prácticas monetarias de China, particularmente a la luz de la "desalineación y subestimación" del renminbi (nombre oficial del yuan, la divisa nacional china) con respecto al dólar.
"China debe hacer un esfuerzo concertado para mejorar la transparencia de sus operaciones y objetivos de tipo de cambio y gestión de reservas", indicó el documento, que dedica un apartado para analizar la situación con uno de los principales socios comerciales del país.
En concreto, detalló que la moneda china ha caído frente al dólar un 8 % en el último año en un contexto de superávit comercial bilateral "extremadamente grande y creciente", que, según el documento, se situó en 419.000 millones de dólares en 2018.
El Departamento del Tesoro indicó que sigue "instando a China a tomar las medidas necesarias para evitar una moneda persistentemente débil" y señaló que el gigante asiático "necesita abordar agresivamente las fuerzas que distorsionan el mercado", entre las que mencionó los subsidios.
Una mejora de los "fundamentos económicos y la configuración de las políticas estructurales" sustentaría una moneda china más sólida "y ayudaría a reducir el superávit comercial de China con los Estados Unidos", puntualizó el informe.
El déficit comercial, que se explica en exportaciones de EE.UU. a China por 120.000 millones e importaciones desde ese país por 540.000 millones de dólares el año pasado, ha sido el punto de discordia entre Washington y Pekín desde la llegada del presidente, Donald Trump, a la Casa Blanca.
El pasado 10 de mayo, Trump inició el proceso para imponer aranceles en 300.000 millones de dólares a importaciones de China, lo que, sumado a los gravámenes actuales, cubre el valor total de los bienes chinos importados anualmente por EE.UU.
En un comunicado, el representante de Comercio Exterior (USTR), Robert Lighthizer, desveló entonces que EE.UU. subiría del 10 % al 25 % la tasa arancelaria sobre importaciones chinas valoradas en 200.000 millones de dólares.
Pekín respondió tres días después con el anuncio de que desde el 1 de junio impondrá aranceles a bienes importados de Estados Unidos por valor de 60.000 millones de dólares, en un nuevo capítulo de una disputa comercial matizada por acercamientos en la mesa de negociación.

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