lunes, 13 de mayo de 2019

Turquía presiona a los bancos para que acepten un rescate de préstamos tóxicos a proyectos de energía

ESTAMBUL.- El plan de Turquía para sanear unos 13.000 millones de dólares en préstamos tóxicos para proyectos de energía, una de las peores resacas de la crisis monetaria del año pasado, está madurando a pesar de que algunos bancos esperan que el Gobierno acuerde salvaguardas y un aumento en los precios de la electricidad. 

De acuerdo con entrevistas mantenidas con más de una docena de banqueros, inversores, asesores y ejecutivos de empresas, Ankara está trabajando con las entidades financieras para redactar una legislación que los proteja de fuertes pérdidas a medida que están van eliminando estos activos de sus balances, se empaquetan de forma segura como fondos y se venden a inversores extranjeros, tal vez después de un par de años. 
La apuesta en juego es muy alta, ya que Turquía da el primero de los varios pasos necesarios para salir de la recesión y frenar un renovado desplome de la lira turca, incluyendo la reparación de dos de sus grandes pero problemáticos sectores: el inmobiliario y el de la construcción.
La rapidez y credibilidad con la que ejecute el rescate del sector energético podría determinar si la mayor economía de Oriente Próximo estabiliza su moneda y vuelve a crecer a finales de este año, o si por el contrario no logra ganarse la confianza de los inversores y se arriesga a que se produzca otra crisis que perjudique a otros mercados emergentes.
Grandes inversores extranjeros como los fondos Cerberus Capital Management y KKR ya han enviado a sus representantes a Estambul con miras a comprar con descuento créditos tóxicos, incluso mientras el Gobierno sigue presionando a los bancos turcos para que acepten su plan, según las declaraciones de las personas que hablaron con Reuters, algunas de las cuales solicitaron el anonimato.
“Sólo un par de bancos están avanzando en el proceso, mientras que otros bancos ven serios inconvenientes... y quieren evitar ser parte de él”, afirmó un banquero involucrado en las negociaciones.
Hasta ahora, el Gobierno ha revelado poco sobre su plan al margen de un esquema presentado el mes pasado por el ministro de Finanzas, Berat Albayrak, quien afirmó que se crearían fondos fuera de balance para préstamos tóxicos en proyectos de energía y que, por separado, se inyectarían 4.900 millones de dólares en los bancos estatales.
La semana pasada, la ejecutiva de Garanti Bank, Ebru Edin, puso un precio de entre 12.000 a 13.000 millones de dólares a los préstamos que requieren reestructuración y afirmó que un fondo paraguas de múltiples fondos los supervisaría. Se piensa que el valor es aún mayor.

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