PEKÍN.- La guerra comercial entre Estados Unidos y China escaló este lunes con el anuncio de Pekín de un aumento de sus aranceles a bienes por 60.000 millones de dólares, en represalia a las medidas adoptadas por Donald Trump, aunque con una rendija de esperanza por la perspectiva de un encuentro entre ambos líderes.
A
partir del 1 de junio, China aplicará tasas del 10%, 20% e inclusive de
hasta el 25% sobre un conjunto de productos estadounidenses ya
gravados, anunció la Oficina de la Comisión tarifaria del gobierno.
Las nuevas negociaciones con el objetivo de poner fin a la
guerra comercial bilateral, presentadas como la última oportunidad,
terminaron la semana pasada en Washington sin que hubiera un acuerdo
entre ambas potencias.
El presidente
estadounidense, Trump, aprobó el viernes, como medida punitiva, un salto
del 10% al 25% de los aranceles a la importación de productos chinos
que representan un monto de 200.000 millones de dólares anuales. También
llamo a gravar los 300.000 millones de importaciones chinas restantes.
Las
principales bolsas mundiales sufrieron importantes pérdidas este lunes
por el recrudecimiento del conflicto comercial: Wall Street perdió casi
2,38%, en sintonía con una tendencia a la baja en Europa con pérdidas en
Londres 0,55%, París 1,22%, y Fráncfort 1,52%.
En medio de
encendidas declaraciones, que incluyeron amenazas de Trump a China
durante la mañana, en la tarde el presidente estadounidense arrojó un
poco de esperanza anunciando que se reunirá con su homólogo chino a
finales de junio en la cita del G20 en Japón.
"Creo que será
probablemente una reunión muy fructífera", dijo Trump a los periodistas,
especificando que todavía no había tomado una decisión con respecto a
la imposición de más aranceles al resto de las importaciones.
"Me encanta la posición en la que estamos", afirmó Trump. "Creo que está funcionando muy bien", agregó.
El
gobierno chino ha prometido en varias oportunidades durante los últimos
días que tomará "las medidas de represalia necesarias" en caso de una
escalada.
"China nunca cederá a ninguna presión exterior. Tenemos
la determinación y la capacidad de defender nuestros derechos e
intereses legítimos", afirmó este lunes Geng Shuang, un portavoz del
ministerio de Relaciones Exteriores de Pekín.
Antes de las
medidas anunciadas este lunes por Pekín, la cuasi totalidad de los
productos estadounidenses ya estaban sobretasados en China. Esto
afectaba a un monto de 110.000 millones de dólares sobre un total anual
de 120.000 millones de importaciones desde Estados Unidos.
Pekín podría además dejar
de comprar productos agrícolas y reducir sus pedidos de aviones Boeing,
indicó en Twitter Hu Xijin, el influyente redactor en jefe del diario
chino Global Times, cercano al poder.
El negociador jefe del
comercio chino, el viceprimer ministro Liu He, señaló el viernes que las
conversaciones con Estados Unidos continuarán en Pekín. No obstante, no
adelantó una fecha.
Trump comenzó el año pasado este conflicto mercantil a
causa de las quejas por prácticas comerciales chinas consideradas
desleales.
Estados Unidos presiona a China para que cambie su
política de protección de la propiedad intelectual, así como los
subsidios masivos a las empresas estatales, y busca además reducir el
gran déficit comercial.
Desde
el año pasado, Washington y Pekín se impusieron aranceles en el
comercio bilateral por varios centenares de millones de dólares,
perjudicando las exportaciones agrícolas estadounidenses hacia China, y
afectando seriamente a los sectores manufactureros de ambas naciones.
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