BRUSELAS.- A un mes de tener que presentar el
diseño del futuro instrumento presupuestario para la eurozona a los
líderes europeos, los ministros de Economía y Finanzas de los países que
comparten la moneda única siguen en desacuerdo sobre aspectos cruciales
del mismo, como el modo de financiarlo o gestionarlo.
"Algunos elementos fundamentales están todavía abiertos, pero confío en
que encontraremos un acuerdo en junio", declaró el presidente del
Eurogrupo, Mário Centeno, al término de una reunión destinada a eliminar
los últimos obstáculos del camino antes del encuentro ministerial del
13 de junio, el último antes de la cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno de la Unión Europea.
Después de cinco meses de debates desde que en diciembre
se acordase poner en marcha este instrumento, destinado a engrosar el
arsenal de medidas anticrisis, la discusión de este jueves se centró en
el modo de financiarlo.
Según lo anunciado en
diciembre, este instrumento tiene que enmarcarse dentro del presupuesto
de toda la Unión Europea, pese a estar destinado a los 19 países del
euro.
Por el momento, existe "amplio acuerdo" para
que una parte de los fondos salgan de la partida destinada al Programa
de Apoyo a las reformas estructurales que gestiona la Comisión Europea,
pero los países están divididos sobre la necesidad de que los Estados
que usan el euro hagan aportaciones adicionales, según explicó tras el
encuentro el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Para complicar más el asunto, si los países tienen que canalizar
recursos extras, se requeriría un acuerdo intergubernamental entre los
19 miembros de la eurozona para gobernar el instrumento, un punto sobre
el que tampoco hay consenso.
En el lado positivo, los
ministros han logrado acordar hasta ahora que los fondos -cuyo volumen
se decidirá en una fase posterior- se utilizarán para financiar reformas
e inversiones, y que los Estados tendrán que pagar una parte de las
mismas para poder recibir el dinero comunitario.
Sin
embargo, España reclama que esta financiación se utilice también para
estabilizar la economía de aquellos países que atraviesen una crisis
puntual y mantener los niveles de inversión pública, aunque el Gobierno
no desvela si llegaría a vetar el acuerdo de no ser así.
"No podemos quedarnos tranquilos o decir que cualquier cosa que se
llame presupuesto de la zona euro ya consigue el objetivo. Se trata de
crear un verdadero pilar fiscal, con una capacidad de estabilización y
de convergencia a través del ciclo para todos los miembros de la
eurozona", dijo la ministra española de Economía en funciones, Nadia
Calviño.
"Es la posición que seguiremos defendiendo y
es demasiado pronto para decir qué sucedería si no conseguimos nuestro
objetivo", añadió en declaraciones a la prensa.
La
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Mecanismo Europeo de
Estabilidad (MEDE) también defienden que se necesitará una herramienta
de este tipo para hacer frente a la próxima crisis, pero Centeno dejó
entrever al término del encuentro que, al menos para junio, no será
posible.
El también ministro de Finanzas portugués
recordó que el encargo de los líderes era un presupuesto que se ciñese a
mejorar la competitividad y reducir las diferencias económicas entre
países, si bien afirmó que continúan "trabajando sobre las otras
dimensiones que podría tener en el futuro".
Con estas diferencias aún sobre la mesa, la reunión de junio se prevé "larga", anticipó.
Por otra parte, los ministros abordaron la situación económica de la
eurozona sobre la base de las previsiones publicadas la semana pasada
por la Comisión, que apuntan a que la ralentización del crecimiento que
comenzó en 2018 se prolongará en 2019, que cerrará con un aumento del
1,2 % del PIB, para repuntar al 1,5 % en 2020.
Pese a
que Bruselas descarta una recesión y los datos del primer trimestre han
sido mejores de lo esperado, con un crecimiento del 0,4 % en la
eurozona frente al 0,2 % del último trimestre de 2018, la escalada de
las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China supone la
materialización de uno de los grandes riesgos para el devenir de la
economía europea.
Moscovici consideró que de las
previsiones se desprende una conclusión clara: "Tenemos que estar
preparados para cualquier situación que ocurra" y para "dar más apoyo a
la economía si es necesario".
"Cuando hace frío no hay que dudar en
subir la calefacción", afirmó.
En todo caso, tanto el
Ejecutivo comunitario como algunos ministros se mostraron
cautelosamente aliviados por las informaciones que apuntan a que el
Gobierno de EEUU postergará seis meses su decisión sobre la imposición
de aranceles a la importación de vehículos de la UE y Japón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario