viernes, 31 de mayo de 2019

Arabia Saudita obtiene apoyo árabe mientras Irán lo acusa de sembrar la discordia

LA MECA/TEHERÁN.- Arabia Saudita obtuvo este viernes en La Meca el apoyo casi unánime de sus aliados árabes frente a Irán, luego de los ataques y sabotajes a petroleros y oleoductos, a lo que Teherán respondió acusando a Riad de "sembrar la división" en la región.

Riad convocó en la ciudad santa del oeste del país una cumbre extraordinaria del Consejo de cooperación del Golfo (CCG) y otra de la Liga Árabe que se llevaron a cabo de noche por el Ramadán, entre el jueves y el viernes. La tercera y última cumbre, la noche del viernes al sábado, será la de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI).
Estos encuentros ocurren en plena tensión en la región por las acusaciones mutuas entre Irán y Estados Unidos y los sabotajes de barcos en aguas de los Emiratos Arabes Unidos el 12 de mayo, así como por los ataques con dron contra un oleoducto el 14 de mayo en Arabia Saudita, reivindicado por los rebeldes en Yemen.
Estados Unidos envió además refuerzos militares a la región, aduciendo "amenazas" iraníes.
Las relaciones entre Estados Unidos e Irán están en el punto más bajo desde la retirada unilateral en 2018 de la administración de Donald Trump del acuerdo internacional sobre el tema nuclear iraní.
Estados Unidos reforzó luego las sanciones económicas a Irán e inscribió a los Guardianes de la Revolución, ejército ideológico del régimen iraní, en la lista negra de "organizaciones terroristas".
Durante las cumbres árabe y del CCG, el rey Salmán, que encabeza al país primer exportador de petróleo del mundo, hizo fuertes acusaciones contra Irán, al que acusa "de acciones criminales", injerencia en los asuntos de sus vecinos y amenazas al suministro de petróleo al mercado mundial.
En su comunicado final, la cumbre del CCG expresó su solidaridad con Arabia Saudita y renovó su "apoyo a la estrategia estadounidense sobre Irán, incluso en lo que concierne a los programas nuclear y balístico, sus actividades de desestabilización, su apoyo al terrorismo (...) y a las actividades hostiles de los hutíes" en Yemen.
En un discurso ante la cumbre árabe, el rey Salmán pidió "usar todos los medios" para disuadir a Irán, país productor de petróleo y miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) como varios otros países del Golfo.
El comunicado final de la cumbre árabe consagró diez de sus once puntos a denunciar las "injerencias" de Irán, su "comportamiento amenazante", su apoyo a los rebeldes hutíes y sus "amenazas" al tráfico marítimo. Irak, que tiene relaciones estrechas con Irán, no aprobó ese comunicado.
En Teherán, el portavoz de Relaciones exteriores, Abas Musavi, acusó a Arabia Saudita de "seguir sembrando la división entre los países musulmanes y en la región, que es lo deseado por el régimen sionista (Israel, NDLR)".
"Vemos en las tentativas de Arabia Saudita de movilizar a los países vecinos y árabes contra Irán el prolongamiento de las futiles tentativas de Estados Unidos y del régimen sionista", agregó.
Antes de las reuniones en La Meca, el consejero estadounidense para la seguridad nacional John Bolton, percibido como el principal instigador de la dura política estadounidense frente a Irán, había declarado que ese país está tras los actos de sabotaje del 12 de mayo.
Irán rechazó como "risibles" esas acusaciones.
Pese a la ruptura entre Qatar y Arabia Saudita, el primer ministro catarí, jeque Abdala bin Naser Al-Thani, participó en las reuniones de La Meca.
Este el primer responsable qatarí de ese rango que va al reino saudita desde que Arabia Saudita y tres de sus aliados (Emiratos, Bahréin y Egipto) rompieron en junio de 2017 con Qatar, acusado de apoyar grupos extremistas y al que reprochan su acercamiento con Irán. El gobierno qatarí negó que apoye a extremistas.
Estados Unidos, aliado a la vez de Arabia Saudita y de Qatar, saludó la participación de este último. Washington trató en varias ocasiones de mediar para solucionar esta crisis que afecta a su estrategia de aislamiento de Irán.
No está claro por ahora si el viaje del primer ministro qatarí significa un principio de deshielo en las relaciones entre Qatar y Arabia Saudita.

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