WASHINGTON.- La guerra comercial entre
las mayores economías mundiales tomó una nueva dimensión cuando Estados
Unidos lanzó artillería pesada contra el sector de tecnología para
neutralizar al grupo chino Huawei; un actor mayor en redes móviles y del
5G en particular.
A poco del lanzamiento mundial del 5G, la futura
generación de internet movil ultrarápida, el presidente Donald Trump
prohibió el miércoles a utilizar en su país equipos de
telecomunicaciones de empresas extranjeras consideradas peligrosas; una
medida que ostensiblemente apunta a Huawei.
La firma china está desde hace tiempo en la mira de
Estados Unidos. Washington sospecha que espía para Pekín y que eso la ha
ayudado en su espectacular expansión internacional.
Al menos
públicamente, Estados Unidos no ha presentado ninguna prueba de su
acusación pero presiona a sus aliados a que prescindan de la
infraestructura de la compañía china.
El ministerio estadounidense
de Comercio apretó más las clavijas, al colocar a Huawei en una lista
de firmas con las que empresas estadounidenses no pueden hacer
transacciones sin permiso previo de las autoridades. Entre esas empresas
estadounidenses, se cuentan diversas tecnológicas, entre ellas Intel y
Qualcom.
La tecnología 5G permitirá navegar en la web hasta 10
veces más rápido que con la 4G. Eso implica que miles de millones de
datos fluirán sin escollos lo cual agrava el riesgo de robo de secretos
industriales e informaciones personales.
"El mundo no puede
privarse de nosotros porque estamos más avanzados" que la competencia,
se ufanaba a comienzos de año el fundador de Huawei, Ren Zhengfei.
El
gigante chino, que en la carrera tecnológica está a la cabeza y con
cómoda ventaja sobre sus competidores europeos como Nord Nokia y
Ericsson, también ha buscado consolidar su dominio mediante el masivo
registros de patentes tecnológicas.
La decisión de Trump fue la
medida más severa tomada por Estados Unidos contra el sector tecnológico
chino, el cual se encuentra en plena expansión, especialmente en países
emergentes de África, América Latina y Asia.
Ya hace mucho que
China ganó la batalla en la industria manufacturera. Con su plan
"Fabricado en China" quiere ahora extender el dominio del mañana.
Washington denuncia prácticas desleales de Pekín como el robo de propiedad intelectual y piratería informática.
De
momento hay interrogantes sobre las negociaciones comerciales
bilaterales. Ambas partes concordaron en seguir las discusiones hacia un
acuerdo que cierre su guerra arancelaria que tiene en jaque a los dos
países y también a la economía mundial.
Pero la medida contra
Huawei no parece contribuir a calmar los ánimos entre las mayores
potencias mundiales que desde el año pasado están aplicándose mutuamente
aranceles a productos manufacturados por cientos de miles de dólares
"No es de interés para nadie" que el conflicto comercial se traslade a la tecnología, dijo Huawei.
"Eso va a dañar
considerablemente a las empresas estadounidenses (...) afectará a
decenas de miles de empleos estadounidenses y minará (...) la confianza
en la cadena mundial de suministros", añadió la corporación en una nota.
En esta batalla diplomático-económica, los europeos se han movido en forma dispersa.
Francia tomó distancia del pleito y su presidente,
Emmanuel Macron, dijo que una "guerra tecnológica" no es "el mejor
medio" para defender la seguridad nacional.
"Francia y Europa son
pragmáticas y realistas", dijo. "Queremos desarrollar el empleo, los
negocios, la innovación. Creemos en la cooperación y el
multilateralismo", declaró Macron en París.
Alemania admitión
formalmente la participación de Huawei en la construcción de sus redes
pero otros como República Checa lanzaron señales de alerta.
En el
Reino Unido el tema generó una crisis política. La primera ministra
Theresa May destituyó el 1 de mayo a su ministro de Defensa tras
responsabilizarlo por la filtración de informaciones muy delicadas sobre
la eventual participación de Huawei en el desarrollo de la
infraestructura británica 5G.
En Canadá, otro histórico aliado de
Estados Unidos, Huawei esta también en medio de una crisis diplomática
desde diciembre, cuando arrestó con pedido de extradición de Washington a
una alta ejecutiva de la firma china.
Meng Wanzhou, jefa de
finanzas del grupo, está considerada por Washington como sospechosa de
haber mentido a numerosos bancos para que Huawei pudiese acceder a Irán
eludiendo sanciones estadounidenses.
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