BRUSELAS.- Tras obtener sus mejores resultados de su historia en las elecciones del
Parlamento Europeo aprovechando la ola creciente de activismo
ecologista, Los Verdes europeos se disponen a hacer valer sus
reivindicaciones sobre el clima y el comercio en Bruselas.
El debilitamiento del apoyo a los grandes partidos tradicionales ha
hecho que los partidos ecologistas europeos abriguen la esperanza de
poder utilizar su presencia, aún relativamente pequeña, en la
Eurocámara, como partido bisagra en una legislatura de la UE más
fragmentada que nunca.
Muchos de los votos recibidos provienen de
los países del norte de Europa que antaño fueron el corazón industrial
del continente, donde, en muchos casos inspirados por la activista
climática sueca de 16 años Greta Thunberg, los jóvenes han salido a las
calles para exigir una ruptura con el legado de los combustibles
fósiles.
Los Verdes alemanes se auparon al segundo lugar,
detrás de los conservadores de la CDU de la canciller Angela Merkel, con
un tercio de sus votantes entre los menores de 30 años.
“Estas
elecciones se centraron sobre todo en la cuestión del clima y la
protección del clima”, reconoció Annegret Kramp-Karrenbauer, líder de
los Demócratas Cristianos alemanes (CDU), que actualmente es el mayor
partido europeo en la Cámara de la UE.
Los
Verdes también duplicaron su participación en la votación para obtener
dos escaños en Finlandia y Dinamarca, ganando sus dos primeros escaños
en Irlanda en dos décadas, ocupando el tercer lugar en Francia y
logrando resultados notables en Bélgica, Países Bajos y Reino Unido,
este último en parte como resultado de su clara posición anti-Brexit.
Los
Verdes sumaron al menos 15 escaños más en el Parlamento, donde ahora
habrá semanas de negociaciones entre todos los partidos para formar una
mayoría estable. Hay mucho en juego y algunos temen que los avances sin
precedentes de los nacionalistas populistas intenten secuestrar o
bloquear una agenda proeuropea.
Los líderes de la alianza paneuropea de Los Verdes dijeron que su apoyo no saldrá barato.
No
solo buscarán compromisos por escrito sobre medidas climáticas —lo que
podría significar una regulación más estricta para la industria— sino
que también promoverán demandas sobre política fiscal y las
negociaciones comerciales con Australia y Estados Unidos.
Los
Verdes también se muestran muy firmes ante la posibilidad de utilizar la
amenaza de cortar el acceso a los fondos de la UE por la violación de
regulaciones europeas en Estados miembros como Hungría y Polonia, una
cuestión en la que encontrarán una causa común con los liberales.
“Los
ciudadanos están dando una palanca más grande que nunca en este
Parlamento y vamos a utilizarla”, dijo Philippe Lamberts,
quien lidera la familia de Los Verdes, compuesta por más de 30 partidos
nacionales en el Europarlamento.
La cámara de 751 miembros ha
adoptado una postura más ambiciosa que las capitales nacionales o que el
Ejecutivo de la UE en una serie de normativas destinadas a reducir las
emisiones de la mayor economía del mundo en los últimos cinco años.
La
Eurocámara se enfrentó a Alemania y a su poderoso grupo de presión
automovilístico para impulsar una mayor reducción de la contaminación de
los automóviles, objetivos más ambiciosos en materia de uso de energías
renovables y ahorro de energía, límites a los residuos plásticos y al
aceite de palma por la deforestación.
Impulsó una mayor transparencia en
los acuerdos de libre comercio y la eliminación de las lagunas fiscales
para las empresas.
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