lunes, 27 de mayo de 2019

Los Verdes quieren aprovechar el éxito en las elecciones europeas para impulsar la agenda climática

BRUSELAS.- Tras obtener sus mejores resultados de su historia en las elecciones del Parlamento Europeo aprovechando la ola creciente de activismo ecologista, Los Verdes europeos se disponen a hacer valer sus reivindicaciones sobre el clima y el comercio en Bruselas. 

El debilitamiento del apoyo a los grandes partidos tradicionales ha hecho que los partidos ecologistas europeos abriguen la esperanza de poder utilizar su presencia, aún relativamente pequeña, en la Eurocámara, como partido bisagra en una legislatura de la UE más fragmentada que nunca.
Muchos de los votos recibidos provienen de los países del norte de Europa que antaño fueron el corazón industrial del continente, donde, en muchos casos inspirados por la activista climática sueca de 16 años Greta Thunberg, los jóvenes han salido a las calles para exigir una ruptura con el legado de los combustibles fósiles.
Los Verdes alemanes se auparon al segundo lugar, detrás de los conservadores de la CDU de la canciller Angela Merkel, con un tercio de sus votantes entre los menores de 30 años.
“Estas elecciones se centraron sobre todo en la cuestión del clima y la protección del clima”, reconoció Annegret Kramp-Karrenbauer, líder de los Demócratas Cristianos alemanes (CDU), que actualmente es el mayor partido europeo en la Cámara de la UE.
Los Verdes también duplicaron su participación en la votación para obtener dos escaños en Finlandia y Dinamarca, ganando sus dos primeros escaños en Irlanda en dos décadas, ocupando el tercer lugar en Francia y logrando resultados notables en Bélgica, Países Bajos y Reino Unido, este último en parte como resultado de su clara posición anti-Brexit.
Los Verdes sumaron al menos 15 escaños más en el Parlamento, donde ahora habrá semanas de negociaciones entre todos los partidos para formar una mayoría estable. Hay mucho en juego y algunos temen que los avances sin precedentes de los nacionalistas populistas intenten secuestrar o bloquear una agenda proeuropea.
Los líderes de la alianza paneuropea de Los Verdes dijeron que su apoyo no saldrá barato.
No solo buscarán compromisos por escrito sobre medidas climáticas —lo que podría significar una regulación más estricta para la industria— sino que también promoverán demandas sobre política fiscal y las negociaciones comerciales con Australia y Estados Unidos.
Los Verdes también se muestran muy firmes ante la posibilidad de utilizar la amenaza de cortar el acceso a los fondos de la UE por la violación de regulaciones europeas en Estados miembros como Hungría y Polonia, una cuestión en la que encontrarán una causa común con los liberales.
“Los ciudadanos están dando una palanca más grande que nunca en este Parlamento y vamos a utilizarla”, dijo Philippe Lamberts, quien lidera la familia de Los Verdes, compuesta por más de 30 partidos nacionales en el Europarlamento.
La cámara de 751 miembros ha adoptado una postura más ambiciosa que las capitales nacionales o que el Ejecutivo de la UE en una serie de normativas destinadas a reducir las emisiones de la mayor economía del mundo en los últimos cinco años.
La Eurocámara se enfrentó a Alemania y a su poderoso grupo de presión automovilístico para impulsar una mayor reducción de la contaminación de los automóviles, objetivos más ambiciosos en materia de uso de energías renovables y ahorro de energía, límites a los residuos plásticos y al aceite de palma por la deforestación. 
Impulsó una mayor transparencia en los acuerdos de libre comercio y la eliminación de las lagunas fiscales para las empresas.

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