PEKÍN.- China ha decidido elevar los aranceles impuestos sobre parte de los
60.000 millones de dólares (53.284 millones de euros) en productos
importados desde Estados Unidos que previamente ya habían sido gravados,
según ha anunciado el Ministerio de Finanzas del país asiático en un
comunicado.
Pekín ha tomado esta medida como
respuesta a la decisión de Estados Unidos de elevar del 10% al 25% y
desde el pasado viernes los aranceles a productos chinos importados por
valor de 200.000 millones de dólares (177.615 millones de euros). En
opinión del Ejecutivo de Xi Jinping esto "daña" los intereses de ambas
partes y no ayuda a resolver las diferencias comerciales entre los dos
países.
Así, para "defender" el sistema de comercio
multilateral y sus "legítimos derechos e intereses", China ha decido
elevar los gravámenes sobre una lista de 2.493 productos importados
desde el país norteamericano. Los nuevos aranceles irán desde el 5%
hasta el 25% y comenzarán a aplicarse a partir del próximo 1 de junio.
De esta forma, Xi Jinping ha decidido ignorar las
advertencias que esta misma mañana ha lanzado el presidente de Estados
Unidos, Donald Trump.
En un mensaje publicado en su
cuenta oficial de la red social Twitter, Trump había avisado a Pekín de
que no respondiera a la subida de aranceles de Estados Unidos o la
situación iría "a peor". El presidente estadounidense también ha
alertado de que China será "dañada gravemente si no logra un acuerdo".
Trump
y Xi tiene previsto reunirse durante la cumbre del G20 en Japón a
finales de junio. En la cita, ambos mandatarios abordarán el conflicto
comercial, según adelantó el domingo el asesor económico de la Casa
Blanca, Larry Kudlow.
Según anunció hoy el ministerio de Finanzas chino en un
escueto comunicado en su página web, el país asiático espera, pese a la
medida, que las dos partes "puedan volver a sentarse a la mesa de
negociaciones, trabajar juntos y encontrarse en un punto medio basándose
en el respeto muto y la igualdad".
El ministerio
indico también que aumentará diversos aranceles de hasta el 25, el 20 y
el 15 % sobre un total de 5.140 productos estadounidenses, entre los que
se encuentra gas natural licuado.
China ya anunció
el viernes que se veía obligada a tomar "contramedidas" ante la última
subida arancelaria estadounidense, y Finanzas califica la medida como
"una respuesta al unilateralismo y el proteccionismo comercial".
En ese sentido, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi,
advirtió hoy desde Rusia de los "efectos dañinos" que ha tenido "ejercer
presión sobre Pekín", y adelantó que "los intentos de EEUU para
presionar a China sólo exacerbarán la situación en torno al acuerdo
comercial".
El canciller, próximo al presidente
chino, Xi Jinping, señaló que, con todo, "las negociaciones
chino-estadounidenses han alcanzado un progreso serio y significativo
gracias a los esfuerzos de ambas partes".
"Hay
problemas difíciles que requieren un estudio serio y la toma de
decisiones", dijo Wang tras una reunión con su homólogo ruso, Sergei
Lavrov, en Sochi.
Queda pendiente saber si esas
dificultades se refieren a que Pekín se habría negado a cumplir con los
requisitos de Washington, que pide mecanismos legislativos para proteger
la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses y un mecanismo
de penalizaciones que asegure el cumplimiento de los compromisos
acordados por China.
"En tales circunstancias,
simplemente no tiene sentido culpar a la otra parte de manera unilateral
y, además, transferir la responsabilidad a los demás", dilucidó el
ministro chino, que volvió a repetir que China "defenderá sus intereses y
los del comercio internacional" por encima de todo.
La medida no ha cogido por sorpresa a académicos y analistas, quienes
consideran que, pese a todo, tanto Xi como Trump están condenados a
entenderse.
"Xi tendrá que llegar a compromisos con
Estados Unidos en los próximos meses. Espero un acuerdo, si no completo,
al menos parcial que permita a las dos partes seguir con el comercio y
dejar a un lado este tipo de aranceles punitivos", señala
Jean-Pierre Cabestan, profesor de Estudios Internacionales en la
Universidad Bautista de Hong Kong.
"Todavía hay
espacio para la negociación. Por supuesto que las fricciones seguirán,
no tengo dudas sobre ello. Pero esperemos lo mejor por el bien de todos
mientras nos preparamos para lo peor", comenta Rea Xiao, profesor de
Política Internacional de la Universidad de Fudan.
Las negociaciones entre China y EEUU para llegar a un acuerdo se
enfriaron el viernes después de que Washington comenzara a aplicar el
viernes el aumento del 10 al 25 % los aranceles a bienes importados del
gigante asiático, rompiendo una tregua de más de seis meses en la
disputa comercial.
El mandatario estadounidense
retomaba así su plan original de aumentar la carga de los aranceles
contra esos productos chinos, que decidió congelar el pasado diciembre
para abrir una negociación con China que, pese a todo, aún sigue activa.
Según anunció este domingo el vice primer ministro chino Liu He tras
regresar de Washington para participar en la última ronda de tratativas,
las negociaciones para zanjar la guerra comercial, que hasta hace unos
días parecía acercarse a la firma de un acuerdo, "no han colapsado" y
seguirán próximamente en Pekín.
"Somos cautelosamente
optimistas acerca del futuro", apuntó entonces Liu, quien describió las
últimas reuniones en la capital estadounidense como "francas y
constructivas".
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