miércoles, 15 de mayo de 2019

El crecimiento en la eurozona acelera con el repunte en Alemania e Italia

BRUSELAS.- La economía de la eurozona arrancó 2019 mejor de lo esperado, con un incremento del 0,4 % de su Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre impulsado por la vuelta al crecimiento en Alemania y la salida de Italia de la recesión técnica, factores que habían lastrado el avance al final de 2018.

La segunda estimación del PIB publicada este martes por la oficina de estadística comunitaria Eurostat confirma que la economía de la moneda única recupera fuelle después de haber crecido solo un 0,2 % entre octubre y diciembre del año pasado.
En el conjunto de la Unión Europea, el PIB se incrementó un 0,5 % entre enero y marzo en comparación con el trimestre previo, también dos décimas por encima del último trimestre de 2018.
Si se compara con el mismo periodo del año anterior, el PIB se incrementó un 1,2 % en la eurozona y un 1,5 % en la UE entre enero y marzo, al mismo nivel que el trimestre anterior.
Detrás de la mejora observada en la eurozona en el inicio de año se encuentra, sobre todo, el repunte de la economía alemana, que tras contraerse un 0,2 % en el tercer trimestre y estancarse en el último de 2018, ha vuelto a avanzar un 0,4 % entre enero y marzo.
El rebote en la principal economía del euro, que ha sufrido en los últimos meses por la importante caída en la producción automovilística, responde especialmente a factores internos, con un aumento notable de las inversiones y del consumo privado, sumado a una reducción del gasto público.
El repunte del PIB ha sido menor en Italia (0,2 %), pero suficiente para que el país salga de la recesión técnica en la que había entrado a finales del año pasado tras dos trimestres consecutivos de caída (-0,1 % en ambos).
Roma, que también ha registrado una mejora del empleo, aleja el fantasma de la recesión en un momento en que volverá a estar bajo la lupa de la Comisión Europea por el sustancial aumento de su deuda y déficit públicos.
En cuanto al resto de las grandes economías de euro, Francia ha logrado mantener su tasa de crecimiento en el 0,3 %, la misma que en los dos trimestres anteriores, pese a la tensión social por los "chalecos amarillos".
España, por su parte, sigue siendo la única que crece por encima de la media comunitaria: un 0,7 % en el primer trimestre, una décima más que entre octubre y diciembre de 2018.
Pese al arranque mejor de lo esperado, las previsiones presentadas la semana pasada por la Comisión Europea apuntan a que la ralentización que se observó en la segunda mitad del año pasado se prolongará durante 2019, aunque descartan una recesión.
Bruselas prevé que persistan la debilidad del comercio y el sector manufacturero a nivel global, con lo que el crecimiento en la eurozona dependerá de la demanda interna, que debería crecer conforme mejora el empleo.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario partía de la base de que remitirían las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, permitiendo un repunte en 2020, un supuesto que se ha revelado erróneo con el anuncio en los últimos días de nuevos aranceles por ambas partes.
"Uno de los riesgos que veíamos se ha materializado (...) y esto es negativo, pero por otra parte el primer trimestre ha sido mucho más positivo de lo que se esperaba, así que podrían anularse el uno al otro", apunta una fuente europea sobre la posibilidad de que la escalada comercial arrastre a una recesión.
Por otra parte, la tasa de empleo tanto en la eurozona como en la Unión Europea también mejoró en el primer trimestre del año, según los datos difundidos también este miércoles por Eurostat.
Aumentó un 0,3 % en la eurozona, la misma cota que en los últimos tres meses de 2018, y un 0,3 % en el conjunto de la UE, una décima más que en el periodo previo.
Con 241 millones de personas empleadas en los Veintiocho, 160 millones de ellas en el área de la moneda única, la cifra de empleados en la UE "nunca había sido tan alta", destacó la Comisión Europea en un comunicado.

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