lunes, 27 de mayo de 2019

El 'hombre fuerte' de Rumania condenado a prisión por corrupción

BUCAREST.- El líder de facto de Rumania fue enviado a prisión por tres años y medio por el cargo de corrupción, un hecho que sacudió al gobierno de la nación del Mar Negro que, a su vez, se enfrenta con la Unión Europea por las preocupaciones por sus intentos de refrenar la independencia judicial.

El veredicto de culpabilidad contra el jefe del partido gobernante, Liviu Dragnea, por abuso de funciones fue confirmado el lunes por la Corte Suprema, lo que se sumó a una condena anterior por fraude electoral que lo llevó a una pena de cárcel suspendida. 
Fue el tercer golpe a su Partido Social Demócrata en dos días tras una inesperada derrota en las elecciones del domingo al Parlamento Europeo y un referéndum que bloqueará parte de sus esfuerzos por reformar los tribunales.
El caso concentra aún más el foco de atención en el este excomunista del continente, donde Hungría y Polonia están enfrascado en disputas con la UE por reincidencia contra la democracia y han sido amenazados con el mismo tipo de sanciones que ahora se ciernen sobre Rumania. 
Funcionarios de Bruselas intentarían recortar los fondos para el desarrollo a los miembros que no defiendan los valores del bloque.
También es una vergüenza, ya que Rumania actualmente es titular de la presidencia rotatoria de la UE. Sin embargo, es poco probable que caiga el gabinete, liderado por la primera ministra Vasilica Viorica Dancila, en el corto plazo. 
Ella puede asumir el liderazgo del partido de forma interina hasta que el Congreso organice un reemplazo, según varios integrantes del partido.
"Se enfrentará a una gran presión por parte de la base del partido", dijo Andrei Taranu, vicedecano de la Universidad de Ciencias Políticas de Bucarest, por teléfono. "Esto debería quedar más claro la próxima semana cuando tengan que luchar en el Parlamento para reemplazar a Dragnea como jefa de la Cámara Baja".
Los inversionistas miraron más allá del anuncio. El leu operó con pocos cambios frente al euro y mantuvo la caída del 2,2% de este año, la mayor entre sus pares en el este de la UE.
Dragnea se entregó a la policía y fue recibido por decenas de manifestantes en la prisión que abuchearon y gritaron: "¡La puerta de la justicia finalmente se cerró!". 
Dragnea no estuvo presente cuando el tribunal confirmó el veredicto de que ayudó a miembros de su partido a obtener empleos en el sector público por los cuales se les pagó pero sin haber trabajado.
Cuando se le preguntó sobre cómo tomó el veredicto, su abogada, Flavia Teodosiu, dijo enojada: "¿Cómo crees que reaccionó? ¿Cómo reaccionarías tú?".
Los miembros del partido dijeron que no habían hablado con él respecto al fallo. Anteriormente, apareció solo ante sus seguidores para denunciar lo que él llamó una "tormenta de odio" que causó la pérdida de votos del domingo.
Si bien su condena anterior le impidió ocupar el cargo de primer ministro, siguió siendo el político más poderoso del país. Encabezó los recortes de impuestos y los aumentos a los salarios estatales y al salario mínimo que impulsó a los socialdemócratas al poder en 2016.
La situación es muy diferente hoy. 
La votación del Parlamento Europeo destacó una caída en la popularidad del partido, mientras que la generosidad fiscal está lista para enviar el déficit presupuestario más allá de los límites de la UE.
No obstante, la reforma judicial es la que más resuena en un país que está entre los peores de la UE por corrupción y ha estado bajo un régimen de supervisión desde que se unió al bloque en 2007.
Si bien el gobierno dice que sus reformas crearán un sistema legal más transparente, los planes para aliviar el castigo por delitos de corrupción y revisar algunas condenas han sido objeto de reproches del presidente, Klaus Iohannis, la UE y aliados occidentales. Cientos de miles de manifestantes se han tomado las calles.
“La condena de Dragnea es una prueba de que la justicia sigue siendo independiente”, manifestó la oposición Unión Salvar Rumanía en un comunicado. "Rumania ahora necesita volver a la normalidad".
Iohannis, quien intentó sin éxito bloquear la remoción del gobierno rumano del fiscal principal de la lucha anticorrupción, encabeza las encuestas mientras busca la reelección.
Para Dragnea, el futuro —más allá de la prisión— no está claro. Se las arregló para ignorar su condena inicial para gobernar la política rumana desde detrás de la escena.
Para Dragnea, el caso tiene motivaciones políticas y tuvo que ser silenciado por sus abogados el mes pasado cuando cuestionó a los cinco jueces que lo condenaron.
"Si me van a condenar, creo que es justo que me digan por qué", dijo.

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