miércoles, 8 de mayo de 2019

El presidente cubano y el director de 'Sherritt' confirman la estabilidad de las inversiones canadienses

LA HABANA.- El mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el director ejecutivo y presidente de la petrolera canadiense Sherritt, David Pathe, confirmaron la estabilidad y la "buena marcha" de las inversiones conjuntas durante una reunión en La Habana, informan este miércoles fuentes gubernamentales cubanas.

El directivo de Sherritt, una de las empresas extranjeras con mayor presencia en la isla, fue recibido por Díaz-Canel en medio de de las renovadas presiones de EE.UU, que activó la semana pasada el título III de la ley Helms-Burton, la cual admite demandas en cortes estadounidenses por propiedades confiscadas tras la Revolución.
Ambos coincidieron en la "buena marcha de las inversiones conjuntas y en su rechazo al 'bloqueo' (embargo de Estados Unidos sobre Cuba) y la ley Helms-Burton", señaló en Twitter el ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, quien no especificó más detalles de la reunión.
Cuba atraviesa un momento de incertidumbre económica debido a su ineficiente economía y a las nuevas medidas tomadas por Washington para recrudecer el embargo, unido a la difícil situación de su aliado Venezuela, que disminuyó considerablemente los envíos de crudo subsidiado a la isla.
El país caribeño, que incumplió en 2018 sus ingresos por exportaciones y mantiene un alto nivel de endeudamiento, ha aprobado una serie de medidas para evitar caer en un nuevo "periodo especial", la intensa crisis económica de la década de 1990, considerada entre las peores de su historia reciente.
La inyección de capital extranjero es una de las soluciones que Habana se plantea para reflotar su dañada economía.
Con intereses que van desde la extracción de níquel y cobalto, hasta la exploración y producción de petróleo y gas, Sherritt acumula unos 20 años de presencia en Cuba, donde es considerada una de las mayores inversionistas extranjeras.
Las operaciones de la compañía canadiense en la isla incluyen una empresa mixta en la rica región minera de Moa (este) y trabajos de exploración y perforación de crudo en la plataforma norte cubana, en conjunto con la estatal Cupet.
Cuba y Canadá mantienen una buena relación diplomática desde hace décadas, a pesar de los misteriosos problemas de salud que afectaron a diplomáticos canadienses y estadounidenses en la isla y que provocaron que las embajadas de ambos países en La Habana quedaran solo con el personal indispensable.
Ottawa anunció la semana pasada que no "reconocerá o aplicará" ninguna sentencia emitida bajo el Título III de la Ley Helms-Burton, que comenzó a aplicarse el 2 de mayo y permite a ciudadanos y empresas estadounidenses pueden demandar a compañías que se beneficien de propiedades y terrenos confiscados tras 1959 en Cuba.
La oposición del Gobierno canadiense a esa norma estadounidense está basada "en los principios de la ley internacional y refleja nuestra objeción a la aplicación extraterritorial de leyes de otro país", precisó la ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, en un comunicado.

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