HONG-KONG.- La
escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China amenaza
con impedir el tan esperado repunte de la economía mundial e incluso
podría poner en duda su expansión de una década si el conflicto se sale
de control.
El
temor a que las empresas dejen de lado la inversión, los consumidores
gaten menos y las acciones se desplomen revivió luego de que la frágil
tregua comercial de Donald Trump y Xi Jinping se rompiera por la
aplicación de nuevos aranceles.
Como reflejo de la preocupación, las
acciones bajaron esta semana y los rendimientos a dos años de los bonos
del Tesoro de EE.UU. cayeron a su menor nivel desde febrero de 2018.
El
crecimiento mundial ya se desaceleró y un mayor debilitamiento
reforzaría la reticencia de la Reserva Federal y otros bancos centrales a
elevar las tasas de interés, lo que quizás los obligaría a ofrecer
nuevos estímulos.
Morgan Stanley, que aún espera un acuerdo entre EE.UU.
y China, advierte sobre una recesión mundial - un crecimiento por
debajo del 2,5% para 2020 - si las partes siguen enfrentadas.
"Justo
cuando aparecían señales tentativas de que la recuperación se estaba
afianzando, la tensión comercial ha resurgido como una amenaza creíble y
significativa para el ciclo económico", comentó Chetan Ahya, economista
jefe del banco, en un informe. Destacó un "serio impacto en la
confianza corporativa" producto de los aranceles.
Razones
para preocuparse se hicieron evidentes el miércoles, luego de que China
informara que en abril la producción industrial, las ventas minoristas y
la inversión se desaceleraron más de lo que los economistas
pronosticaron.
En EE.UU., las ventas minoristas inesperadamente
disminuyeron en abril, mientras que la producción fabril descendió por
tercera vez en cuatro meses.
Si
bien la economía alemana emergió del estancamiento y creció un 0,4% en
el primer trimestre, las perspectivas siguen siendo frágiles en medio de
una crisis industrial que será desafiada nuevamente por la guerra
comercial. La confianza de los inversionistas en la mayor economía
europea se debilitó sorpresivamente este mes, lo que no ocurría desde
octubre.
Tal
suavidad incluso antes de que el conflicto entre EE.UU. y China
alcanzara nuevos mínimos eleva la inquietud. Advertencias sobre las
consecuencias del proteccionismo ya estaban detrás del pronóstico de
abril del Fondo Monetario Internacional de que el crecimiento mundial de
este año sea el más débil desde la crisis financiera.
El
índice compuesto de indicadores líderes de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos, diseñado para anticipar puntos
de inflexión entre seis y nueve meses antes de que ocurran, retrocedió
por décimo segundo mes consecutivo en marzo, alcanzando su nivel más
bajo desde 2009.
En
un nuevo estudio, Bloomberg Economics calculó que cerca del 1% de la
actividad económica mundial depende de los productos y servicios
comercializados entre los dos países.
Casi el 4% de la producción china
se exporta a EE.UU. y cualquier impacto a sus fabricantes repercutirá en
las cadenas de suministro, regionales con Taiwán y Corea del Sur entre
los que países que están en riesgo.
Los
envíos estadounidenses a China son más limitados, aunque el 5,1% de su
producción agrícola se despacha al gigante asiático al igual que el 3,3%
de sus productos manufacturados.
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