BERLÍN.- La economía de Alemania volvió a
crecer en el primer trimestre del año, con un aumento del 0,4 % respecto
a los tres meses anteriores, según datos oficiales publicados hoy y que
muestran un retorno de la locomotora europea a la senda del
crecimiento.
El producto interior bruto (PIB) se
había contraído un 0,2 % entre julio y septiembre del año pasado y
registrado un estancamiento en el cuarto trimestre, según los datos de
la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).
Los principales impulsos para la economía alemana
llegaron del interior, con un aumento notable tanto en las inversiones
en construcción y equipamiento, como del consumo privado, mientras que
el gasto público registró un retroceso.
"Es una luz
de esperanza pero no una razón para bajar la guardia", dijo el ministro
de Economía, Peter Altmeier, al comentar las cifras de Destatis.
Claus Michelsen, del Instituto Alemán de Estudios Económicos de Berlín
(DIW), consideró por su parte que los impulsos procedentes del consumo
interno y de las inversiones no llegan por sorpresa debido a una serie
de medidas del Gobierno que entraron en vigor y que aumentan la
capacidad de compra de las familias.
Como ejemplo, en
una declaración publicada en la página web del DIW, Michaelsen señaló
el alivio para los trabajadores que significa la entrada en vitgor de
disposiciones financieras sobre el reparto de gastos en sanidad pública
entre el Estado y los beneficiarios.
A ello, como lo
ha señalado Rolf Bürkl, la Sociedad para la Investigación del Cosumo
(GfK) se agrega la buena situación del mercado laboral, que da confianza
a los consumidores.
"Si se que tengo cierta
seguridad con respecto a mi empleo puedo hacer gastos grandes o incluso
endeudarme", dijo Bürkl en declaraciones al diario "Frankfurter
Allgemeine".
El auge del sector de la construcción, además, está respaldado por los bajos intereses.
En cuanto a la evolución exterior, tanto las exportaciones como las importaciones crecieron respecto al trimestre anterior.
Pese a la recuperación del comercio exterior tanto Michelsen como otros
expertos subrayan que la industria sigue siendo motivo de preocupación.
El Banco de la Industria Alemania (IBK), en un boletín difundido hoy,
dice sin embargo que no se debe sobrevalorar la influencia de los
conflictos comerciales y que muchos de los problemas de la industria
tienen un origen doméstico.
Como ejemplo, el IBK
menciona las dificultades por las que atraviesa la industria
automovilística alemana en parte por la crisis del diésel y en parte por
haber reaccionado demasiado tarde los retos que obligan a una
transformación del sector.
En todo caso, la baja en
la cartera de pedidos hará, según el IBK, que la producción industrial
tienda a la baja a lo largo del año.
Sin embargo, ese
banco subraya que la dinámica es distinta a la de la recesión de 2001
puesto que ahora no hay una baja significativa de la producción
industrial en todo el mundo.
En términos
interanuales, la economía alemana creció un 0,6 % en los tres primeros
meses del año, frente al 0,9 % en el trimestre anterior y al 1,1 % entre
julio y septiembre de 2018.
Corregidos los efectos
estacionales y de calendario, el PIB avanzó entre enero y marzo un 0,7 %
interanual, después de un 0,6 % en el cuarto trimestre de 2018 y un 1,1
% en el tercero.
Las cifras definitivas del PIB para el primer trimestre del año se darán a conocer el próximo día 23.
El IBK considera que las cifras dan motivos para un optimismo moderado,
que es una muestra de que se han reducido los riesgos y sostiene que es
más probable que en 2019 el crecimiento esté más cerca del 1,0% que del
0,5%, como estima el último pronóstico del Gobierno.
No obstante, el economista jefe del banco UniCredit, Andreas Rees,
sostiene que, aunque la economía alemana tuvo un buen comienzo de año,
"es demasiado pronto para desactivar las alarmas".
Rees sostiene que la preocupación sobre una escalada de los conflictos
comerciales siguen siendo un factor que lastra la evolución económica en
el país.
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