viernes, 10 de mayo de 2019

La política migratoria tras el "brexit" puede dañar la economía escocesa

EDIMBURGO.- Los planes en materia de inmigración que baraja el Gobierno británico para después del "brexit" podrían dañar particularmente la economía escocesa, que depende en gran medida de la mano de obra extranjera, advirtió hoy la Confederación de la Industria Británica (CBI, en inglés).

Este organismo, que agrupa a las principales empresas del Reino Unido, teme que el requisito de un salario mínimo de 30.000 libras (34.700 euros), que el Ejecutivo baraja imponer para aquellos inmigrantes que soliciten una visa de trabajo de cinco años, pueda disminuir las llegadas de mano de obra cualificada.
"Para muchas personas que desean venir y trabajar en Escocia, los salarios están muy por debajo de eso, por lo que estamos buscando un cambio y un nuevo modelo de inmigración que funcione para todo el país", dijo la directora general de CBI, Carolyn Fairbairn, en declaraciones a la BBC.
Precisó que la región británica tiene un problema particular con una población mayoritariamente envejecida y que, según datos de la CBI, en veinte años, solo un tercio de la población escocesa estará en edad de trabajar, lo que causará "profundas implicaciones para Escocia, su base fiscal y sus servicios públicos".
"Necesitamos la flexibilidad que le permita a Escocia tener a la gente que necesita para crecer", dijo Fairbairn y añadió que el plan de inmigración actual que el gabinete de la primera ministra, Theresa May, ha presentado "no funciona para todo el país, y ciertamente, no funciona para Escocia".
El salario medio actual en Escocia es inferior a las 24.000 libras (unos 27.800 euros).
El ministerio del Interior británico, Sajid Javid, señaló que sus propuestas permitirían al Reino Unido atraer a los trabajadores cualificados que necesita y al mismo tiempo cumplir con el "mandato" del "brexit", cuyos partidarios prometieron limitar la entrada de trabajadores extranjeros.
En vistas a la actual parálisis en que se encuentra el proceso de salida de la Unión Europea, con el Gobierno tratando de consensuar un acuerdo con el Partido Laborista que de momento no arroja avances, Fairbairn pidió un "calendario" claro que resuelva el "punto muerto" en que se encuentra el proceso.
"Déjenme ser muy clara. Las empresas escocesas y las de todo el Reino Unido quieren un acuerdo. Necesitan desesperadamente un calendario para estos próximos meses para poder planificar, invertir y prepararse", sostuvo.

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