SANTIAGO.- La
expansión del trabajo por cuenta propia, la aparición de nuevas
modalidades de empleo intermediadas por plataformas digitales y una
mayor informalidad del empleo asalariado advierten de nuevos retrocesos
en el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 en
Latinoamérica.
Así
lo señalaron este miércoles la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en
una nueva edición de su publicación conjunta Coyuntura Laboral en
América Latina y el Caribe.
El
Objetivo de la Agenda 2030 busca promover el crecimiento económico
sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el
trabajo decente para todos, recordaron ambos organismos internacionales
en el texto.
Según
el documento, debido a la baja tasa de crecimiento económico proyectada
para 2019 para la región (1,3 %), las tasas de desocupación urbana y
nacional se situarían en un 9,3 % y un 8,0 %, respectivamente, las
mismas cifras anotadas en 2018.
Asimismo,
con la excepción de los países con fuerte presión inflacionaria, los
salarios reales seguirán estables, predominando situaciones con aumentos
modestos.
El
débil crecimiento económico incidiría nuevamente en una lenta
generación de empleo asalariado, por lo que se prevé que aumentarán los
trabajos de mala calidad, especialmente ciertas ocupaciones por cuenta
propia, que contribuirán con gran parte de los nuevos puestos que se
generen.
En
ese contexto, la Cepal y la OIT temen que la informalidad laboral
seguirá en aumento, tanto por la débil generación de empleo asalariado,
como por la informalización de ocupaciones ya existentes en algunos
países.
Por
ende, es de suponer que la situación laboral se deteriorará, sobre todo
en países que en 2019 pasen por una crisis económica, como Argentina,
Nicaragua y Venezuela, apunta el informe.
En
el análisis del desempeño laboral de la región en 2018 se destaca una
reducción de las brechas entre hombres y mujeres en relación con las
tasas de participación y ocupación, pero no así en la tasa de
desocupación, mientras el aumento del trabajo femenino se da en
circunstancias en que la mayoría de los nuevos puestos de trabajo son de
mala calidad.
En
tanto, la expansión del trabajo por cuenta propia contribuyó
aproximadamente en 49 % al aumento del número de ocupados en el mercado
laboral el año pasado, mientras que la generación de empleo asalariado
aportó solo un 37 %.
Otras
categorías de ocupación contribuyeron al 14 % de nuevos empleos
restantes, lo que indica, según el texto, que la mayor parte representa
trabajo de baja calidad, con lo cual se constataría un nuevo deterioro
de la calidad media del trabajo en la región, vaticina el informe.
En
el horizonte de mediano y largo plazo, como el que establece la Agenda
2030, los avances hacia su cumplimiento se ven afectados por una serie
de situaciones que tendrán un impacto profundo en los mercados
laborales, entre ellas el acelerado envejecimiento, los grandes
movimientos migratorios y la transformación de la estructura productiva
para alcanzar un crecimiento ambientalmente sostenible, advierte el
análisis.
Además,
los mercados laborales de la región están siendo afectados, y lo
estarán de manera aún más fuerte en el futuro, por las transformaciones
tecnológicas, caracterizadas como cambio tecnológico 4.0, advierte
también la publicación.
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