TOKIO.- La economía de Japón creció un 2,1 %
en el primer trimestre gracias al aumento del gasto público y de las
exportaciones netas, que compensaron la recaída del consumo doméstico y
evitaron la contracción pronosticada por los analistas.
Entre
enero y marzo, la tercera economía mundial se expandió un 0,5 % en
comparación con el período octubre-diciembre de 2018, según los datos de
producto interior bruto (PIB) publicados por la Oficina del Gabinete
del país.
Estos datos positivos contrastan con los síntomas
preocupantes que presagiaban un frenazo, en el actual contexto de
inquietud por las tensiones comerciales en torno a Estados Unidos y por
la ralentización de China, principal socio comercial de Japón.
Tal
y como se esperaba, las exportaciones niponas cayeron de forma abrupta
(un 9,4 % a ritmo anual y un 2,4 % intertrimestral), aunque el impacto
resultó mitigado por un descenso aún mayor de las importaciones, lo que
dejó una contribución neta positiva al PIB.
Esto
refleja la caída de la demanda global y supone una tendencia preocupante
para la economía nipona, altamente dependiente del sector industrial y
de sus ventas al exterior.
El ministro de Economía y
Finanzas, Toshimitsu Motegi, admitió hoy en rueda de prensa el "impacto
negativo" que han tenido el frenazo de la demanda externa, "los
problemas comerciales" y otros factores coyunturales, aunque afirmó que
"los fundamentos de la demanda interna se mantienen sólidos".
Sin
embargo, el gasto de los hogares, que supone el pilar central del PIB
de Japón -representa en torno a un 60 % del mismo-, volvió a mostrar
síntomas de debilidad tras el repunte que había registrado en trimestres
anteriores.
El consumo doméstico registró un descenso
del 0,1 % respecto a octubre-diciembre y del 0,4 % en comparación con
el primer trimestre de 2018.
El gasto de los hogares
es una pieza clave dentro de la estrategia conocida como "Abenomics",
que aspira a crear un "círculo virtuoso" de beneficios corporativos,
incrementos salariales y subidas de precios para sacar a Japón de su
largo ciclo deflacionario.
La evolución de este
indicador es seguida con lupa por el Ejecutivo de Shinzo Abe, que tiene
previsto aplicar el próximo octubre una nueva subida del impuesto sobre
el consumo (desde el actual 8 % hasta el 10 %).
Tanto
Motegi como el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga,
reafirmaron hoy los planes del Gobierno de seguir adelante con esta
medida frente a las crecientes especulaciones sobre un posible retraso
debido al renqueante gasto de los hogares.
La
inversión de capital corporativo, otro engranaje fundamental para
"Abenomics", registró por su parte un descenso del 0,3 % intertrimestral
y del 1,2 % anual.
En cambio, el gasto público escaló
un 1,5 % respecto a octubre-diciembre y un 6,2 % comparado con el
primer trimestre de 2018, gracias a las obras de infraestructura
relacionadas con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, entre otros
factores.
El crecimiento del PIB del primer trimestre
es el segundo consecutivo, tras el avance del 1,6 % registrado en el
último trimestre de 2018, según los datos revisados.
El
Gobierno también publicó hoy los datos revisados del año natural 2018,
que mantienen un avance del 0,7 %, el séptimo dato anual positivo aunque
por debajo del ritmo de años precedentes.
Desde la
llegada al poder de Abe en septiembre de 2012, Japón acumula un
crecimiento nominal del PIB del 10 %, destacó hoy en rueda de prensa el
citado portavoz del Gobierno.
El propio Ejecutivo
reconoce que la economía nipona ha entrado en una fase de
"empeoramiento", según consta en su último informe mensual de
condiciones de negocio, basado en indicadores clave como la producción
industrial y la demanda en los principales sectores exportadores.
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