WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Donald
Trump, aseguró este miércoles que la "marcha atrás" de China en el
acuerdo comercial responde a la "debilidad" de la oposición demócrata, y
confirmó que el viceprimer ministro, Liu He, estará en Washington para
buscar una solución esta semana.
"La razón de la
marcha atrás y el intento de renegociación del Acuerdo Comercial es la
sincera esperanza de que serán capaces de negociar con Joe Biden o uno
de los muy débiles demócratas, y así continuar timando a EE.UU. (500.000
millones al año) en el futuro", dijo Trump en su cuenta de Twitter.
"Pero saben qué, ¡eso no va a ocurrir! China acaba de
informarme que ellos (el viceprimer ministro) están de camino a EE.UU.
para alcanzar un acuerdo", agregó.
Con apenas dos
tuits este domingo amenazando con nuevos aranceles a China, tras una
tregua de más de seis meses, el mandatario provocó caídas generalizadas
en los mercados internacionales y alejó la posibilidad de un fin a la
guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales, justo cuando
se pensaba que se estaba cerca de un pacto comercial.
"Durante diez meses China ha estado pagando aranceles a EE.UU. del 25 %
sobre 50.000 millones de dólares en bienes tecnológicos, y del 10 %
hasta los 200.000 millones de dólares en otros bienes (...). Los del 10 %
subirán al 25 % el viernes", señaló Trump entonces.
La inesperada advertencia desde la Casa Blanca elevó de nuevo la tensión
entre las dos mayores economías mundiales, y Pekín llegó a especular
con la posibilidad de suspender el viaje de Liu a Washington previsto
para esta semana para una de las rondas finales de la compleja
negociación comercial.
Trump se mostró este miércoles moderadamente optimista.
"Veremos, estoy muy contento con los más de 100.000 millones al año en
aranceles que llenan los cofres de EE.UU... ¡Bueno para EE.UU., no tanto
para China!", concluyó.
Liu mantendrá reuniones con
el jefe negociador estadounidense, el Representante de Comercio
Exterior, Robert Lighthizer, así como con el secretario del Tesoro,
Steven Mnuchin.
Trump advirtió a finales del año
pasado de que, si no alcanzaba un acuerdo con China antes del 1 de
marzo, elevaría del 10 % actual al 25 % los aranceles que aplica a las
importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares.
Sin embargo, finalmente optó por prorrogar este plazo para dar margen a las negociaciones en marcha.
Desde diciembre, Pekín ha adoptado medidas de buena voluntad, como la
bajada de aranceles a los vehículos importados de EE.UU., la reanudación
de la compra de soja o la presentación de un proyecto de ley para
prohibir la transferencia forzada de tecnología.
Pero, como condición para no recrudecer sus aranceles a China, que
afectan desde textiles y alimentos hasta a combustibles, Washington
quería también que Pekín se comprometiera a cambios estructurales en su
economía para, entre otras cosas, proteger la propiedad intelectual de
las empresas estadounidenses.
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