WASHINGTON.- La amenaza de nuevos aranceles del
presidente de EE.UU., Donald Trump, a las importaciones chinas si no se
llega a un acuerdo este viernes recrudeció el pulso comercial con Pekín y
provocó este lunes fuertes caídas en los mercados internacionales.
Con
apenas dos tuits este domingo, y tras una tregua de más de seis meses,
Trump revolucionó los mercados y alejó la posibilidad de un fin a la
guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales, justo cuando
se pensaba que se estaba cerca de un pacto comercial.
"Durante diez meses China ha estado pagando aranceles a
EE.UU. del 25 % sobre 50.000 millones de dólares en bienes tecnológicos,
y del 10 % hasta los 200.000 millones de dólares en otros bienes (...).
Los del 10 % subirán al 25 % el viernes", señaló Trump en su cuenta
personal de Twitter.
En un segundo tuit, el mandatario
achacó esta decisión a que "el acuerdo comercial con China continúa,
pero demasiado lentamente, al tiempo que ellos intentan renegociar.
¡No!".
Los mensajes del mandatario fueron
especialmente chocantes dado que la pasada semana el secretario del
Tesoro, Steven Mnuchin, quien viajó a Pekín para continuar con las
conversaciones comerciales aseguró que se éstas estaban en las "vueltas
finales".
Esta semana, además, estaba previsto que
llegase a Washington una delegación china encabezada por el viceprimer
ministro, Liu He.
China ha asegurado que mantiene los
planes de viaje de la misión negociadora a Washington, pero no está
claro si finalmente Liu, el jefe de la misión china, se subirá al avión,
lo que añade incertidumbre al desenlace de las conversaciones.
"Al
Gobierno chino le tomó por sorpresa el tuit de Trump, los funcionarios
chinos trabajaron durante las vacaciones para preparar la visita",
señaló Doug Barry, portavoz del Consejo de Negocios EEUU-China.
Barry
apuntó que "es difícil evaluar si es un esfuerzo de EE.UU. para ganar
más capacidad de negociación en una potencial ronda final o un reflejo
de disputas reales que persisten (...) Funcionarios chinos han dicho que
estos tuits contrastan con los progresos realizados, así que al menos
una de las partes parece ver esto como un intento de sacar ventaja".
Por
su lado, Michael Hirson, jefe para China de la consultora EuroAsia,
indicó en una nota a sus clientes que "Trump está listo, aupado por una
fuerte economía estadounidense, para esgrimir ese capital en un momento
crítico y casi con toda certeza cumplirá con su amenaza esta semana".
Ante ello, añadió Hirson, "China debería adoptar un movimiento desesperado para prevenirlo, algo que no parece factible".
Trump insistió hoy lunes en sus críticas a China al asegurar que EEUU "pierde" 500.000 millones de dólares al año en comercio.
"Lo siento no vamos a seguir haciéndolo más", escribió en su cuenta de Twitter.
Pese
a la dura polarización política en Washington, Trump recibió el
respaldo de uno de los principales líderes de la oposición demócrata, el
senador Chuck Schumer.
"Manténgase fuerte con China,
presidente Trump. No ceda. La fortaleza es la única manera de ganar con
China", remarcó Schumer, quien es uno de los críticos más frontales
respecto a las políticas del mandatario.
Como
consecuencia, Wall Street abrió este lunes con pérdidas y el Dow Jones
de Industriales, su principal indicador, descendía poco después de su
apertura un 1,45 %, en una jornada claramente marcada por el
recrudecimiento de su pulso comercial.
Asimismo, en Europa y en Asia los principales indicadores bursátiles acusaban notables descensos ante la renovada incertidumbre.
Las
tensiones comerciales entre EE.UU. y China fueron unas de las razones
dadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para rebajar las
previsiones de crecimiento global para 2019 al 3,3 %, dos décimas menos
que lo anticipado en enero.
Trump advirtió a finales
del año pasado de que, si no alcanzaba un acuerdo con China antes del 1
de marzo, elevaría del 10 % actual al 25 % los aranceles que aplica a
las importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares.
Sin embargo, finalmente optó por prorrogar este plazo para dar margen a las negociaciones en marcha.
Desde
diciembre, China ha adoptado medidas de buena voluntad, como la bajada
de aranceles a los vehículos importados de EE.UU., la reanudación de la
compra de soja o la presentación de un proyecto de ley para prohibir la
transferencia forzada de tecnología.
Pero, como
condición para no recrudecer sus aranceles a China, que afectan desde
textiles y alimentos hasta a combustibles, EE.UU. quería también que
China se comprometiera a cambios estructurales en su economía para,
entre otras cosas, proteger la propiedad intelectual de las empresas
estadounidenses.
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