WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó este
jueves que aún es "posible" un acuerdo con China, tras haber recibido
una "hermosa" carta del presidente Xi Jinping, aunque precisó que
considera una "excelente" alternativa la subida de los aranceles a las
importaciones del gigante asiático.
"Es posible.
Veremos (...) Recibí una muy hermosa carta del presidente Xi en la que
afirmaba: 'Trabajemos juntos, hagamos algo'", señaló Trump en
declaraciones en la Casa Blanca.
Esta medianoche se cumple el plazo marcado por el propio
mandatario para alcanzar un acuerdo con China, de lo contrario reiteró
que elevará los aranceles a importaciones chinas valoradas en 200.000
millones de dólares del 10 % actual al 25 %.
"Estábamos llegando muy cerca de un acuerdo y entonces empezaron a
renegociar el acuerdo. No vamos a aceptar eso", reprochó el mandatario
en sus declaraciones.
Lo que se presumía como una
semana en la que, finalmente, se lograría cerrar el acuerdo, o al menos
apuntalar los últimos detalles, se ha convertido en una nueva sesión de
incertidumbre.
El domingo, con apenas dos tuits y
tras una tregua de más de seis meses, Trump revolucionó los mercados y
alejó la posibilidad de un fin a la guerra comercial entre las dos
mayores economías mundiales.
"Durante diez meses
China ha estado pagando aranceles a EE.UU. del 25 % sobre 50.000
millones de dólares en bienes tecnológicos, y del 10 % hasta los 200.000
millones de dólares en otros bienes (...). Los del 10 % subirán al 25 %
el viernes", señaló en su cuenta personal de Twitter.
Como consecuencia, y empezando por Asia, los mercados internacionales
comenzaron a encadenar caídas notables ante el recrudecimiento de las
tensiones comerciales, que se han prolongado durante la semana.
Pese al tono más conciliador de hoy, Trump reiteró que no tiene
problema alguno en proseguir con los planes de aumentar los aranceles en
la medianoche del jueves al viernes si no hay acuerdo.
"Nuestra alternativa es excelente. Soy diferente a mucha otra gente. Yo
sí creo que los aranceles para nuestro país son muy valiosos", afirmó
al asegurar que estos gravámenes suponen 100.000 millones de dólares al
año para los "cofres estadounidenses".
Esta
afirmación va en contra de las explicaciones de los economistas, que
consideran que estos costes adicionales no los pagan los exportadores
chinos, sino que son trasladados al consumidor final estadounidense.
Trump dio a entender, además, que EE.UU. cuenta con margen de maniobra
dado el buen momento económico del país, con un ritmo de crecimiento del
3,2 % en el primer trimestre del año, y una tasa de desempleo del 3,6
%, en niveles cercanos al pleno empleo.
Desde primera
hora de la mañana, los jefe negociadores de EEUU, Robert Lighthizer, y
China, el viceprimer ministro Liu He, se encuentran reunidos en
Washington en una nueva ronda de conversaciones para alcanzar un acuerdo
comercial.
Y, de nuevo, a contrarreloj en un escenario no desconocido.
Trump ya advirtió a finales del año pasado de que, si no alcanzaba un
acuerdo con China antes del 1 de marzo, elevaría del 10 % actual al 25 %
los aranceles que aplica a las importaciones chinas por valor de
200.000 millones de dólares.
Sin embargo, y en el último momento, optó por prorrogar este plazo para dar margen a las negociaciones en marcha.
Por su parte, el Gobierno chino remarcó este jueves que está
"completamente preparado para defender sus intereses" en el marco de su
disputa comercial con Estados Unidos y amenazó con "represalias".
Desde diciembre, Pekín ha adoptado medidas de buena voluntad, como la
bajada de aranceles a los vehículos importados de EE.UU., la reanudación
de la compra de soja o la presentación de un proyecto de ley para
prohibir la transferencia forzada de tecnología.
Pero, como condición para no recrudecer sus aranceles que afectan desde
textiles y alimentos hasta combustibles, EE.UU. quería también que Pekín
se comprometiera a cambios estructurales en su economía, proteger la
propiedad intelectual de las empresas estadounidenses y un mecanismo de
penalizaciones que asegure el cumplimiento de los compromisos acordados
por China.
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