miércoles, 29 de mayo de 2019

Una Argentina en recesión mira sin mucha ilusión su ingreso a los emergentes

BUENOS AIRES.- Argentina mira sin grandes ilusiones su reingreso este miércoles al club de las economías emergentes: lo que debería ser un imán para ciertos inversores, no genera grandes expectativas en una economía en recesión y acosada por la incertidumbre electoral.

La decisión de que el país suramericano pase de ser visto como mercado de frontera a ser considerado como uno emergente había sido anunciada el año pasado por MSCI, firma estadounidense que realiza índices sobre activos de inversión.
Pero el cambio se hace efectivo recién este miércoles, con el ingreso al MSCI Emerging Markets Index de las acciones de ocho empresas argentinas que se cotizan en la Bolsa de Nueva York.
Las compañías elegidas son tres bancos -Grupo Financiero Galicia, Banco Macro y BBVA Banco Francés-, tres firmas del sector de la energía y los hidrocarburos -Pampa Energía, YPF y Transportadora Gas del Sur-, la empresa de servicios informáticos Globant y la de telecomunicaciones Telecom Argentina.
El ingreso al MSCI Emerging Markets Index, un índice muy observado por los fondos de inversión orientados a activos de mercados emergentes, beneficiará de forma directa a estas compañías, que de hecho ya vieron mejorar sus cotizaciones por un adelanto del "efecto MSCI".
Sin embargo, el peso de estas ocho empresas -todas líderes en su sector en Argentina- es mínimo dentro del índice, apenas 0,26 % del total, muy a la sombra de activos de otros países emergentes, como China.
"La recategorización va a mejorar un poquito el mercado accionario argentino, pero no va a sumar tanto como se esperaba. Si bien Argentina pasa a ser emergente, ahora China tiene más peso dentro de los emergentes. Así que, del lado de las inversiones, Argentina mucho no puede esperar", dijo Fausto Spotorno, economista jefe del Centro de Estudios Orlando Ferreres.
"Por lo menos sale de la lista negra, pero no creo que sea mucho el cambio. Además, el cambio ya está descontado por los mercados", añadió.
El salto a los emergentes se anunció por primera vez en junio del año pasado, cuando Argentina llevaba casi dos meses de haber ingresado en una turbulencia cambiaria que derivo en una crisis contagiada a todos los sectores de la economía.
En parte, el Gobierno argentino atribuyó esa inestabilidad a una salida generalizada de capitales de los mercados emergentes a finales de abril, aunque el Ejecutivo de Mauricio Macri reconoció otros factores, como errores propios en el manejo de las cuentas públicas.
La economía argentina cayó en 2018 un 2,5 %, uno de los peores desempeños de los últimos años, y en los primeros tres meses de este año acumuló un descenso interanual del 5,7 %.
¿Cómo se entiende una mejora de la categoría de Argentina en una coyuntura macroeconómica de recesión?
"Es un cambio en base a reglas de juego, más que de indicadores macroeconómicos: se trata de una economía abierta, con libre flujo de capitales. Lo que está indicando es que Argentina tiene algunos problemas propios de países emergentes, pero no es el caos total en términos de regulaciones", explicó Spotorno.
El economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, coincide en que el cambio simplemente marca que las "reformas promercado" que empezó a instaurar el Gobierno de Macri, como el levantamiento de las restricciones cambiarias y comerciales, "permitieron subir un escalón".
"Pero la ponderación del 0,26 % muestra que la posición de Argentina en el índice es prácticamente irrelevante", observó el experto, quien recordó que para los inversores "no solo alcanza con tener ciertas reglas sino que a la economía le vaya bien y tenga fortaleza, algo que no se logra de un día para el otro".
Por eso, aunque las ocho cotizantes atraigan nuevas miradas, no necesariamente habrá un aluvión generalizado de inversiones en activos argentinos por un efecto contagio.
El inversor, recuerdan los analistas, mira no solo el índice MSCI, sino una multitud de otros indicadores sobre la marcha de la economía y también, particularmente en estos momentos, siguen con atención la compleja coyuntura política argentina en un año marcado por las presidenciales de octubre.
"Nadie invierte si no va a ser negocio. Y Argentina es un país en el que este año se discute si quiere ser socialista o capitalista. El inversor no va a decidir si suma al negocio de Argentina hasta que no definamos si queremos ser capitalistas y después demostremos que queremos sostener las reglas y acomodar la macroeconomía para no vivir prestado de la deuda externa", afirmó Castiñeira.

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