jueves, 27 de junio de 2019

EE.UU. mantiene su firmeza al inicio de 2019 y registra un sólido 3,1 %

WASHINGTON.- La economía de Estados Unidos creció a un ritmo anual del 3,1 % en el primer trimestre de 2019, según el tercer y último cálculo de la evolución del producto interior bruto (PIB) en ese periodo, lo que confirma su firme trayectoria en el arranque del año.

El último cálculo del PIB entre enero y marzo, anunciado hoy jueves por el Departamento de Comercio, reveló un crecimiento igual a lo previsto por los expertos y supone un notable avance respecto al último trimestre de 2018, cuando la economía avanzó un 2,2 por ciento.
Este dato, ahora ya definitivo, marca el mayor ascenso del PIB para un primer trimestre en la economía estadounidense en cuatro años, y confirma la bonanza de la primera potencia mundial, que cerró 2018 con un crecimiento del 2,9 %, el mayor ritmo desde 2015.
La cifra casa además con la promesa del presidente estadounidense, Donald Trump, de mantener el crecimiento económico del país por encima del 3 % durante su mandato.
No obstante, la progresiva ralentización del PIB desde el segundo trimestre de 2018, cuando se alcanzó una tasa anual del 4,2 %, había llevado a los analistas a prever un frenazo de la economía, que por el momento no está ocurriendo.
El gasto de los gobiernos estatales y locales, el comercio exterior y la inversión en inventarios fueron los principales motores de la aceleración económica en los primeros meses de este año, según el informe de la Oficina de Análisis Económico (BEA, acrónimo en inglés), la agencia del Departamento de Comercio encargada de los datos del PIB.
Sin embargo, el gasto de los consumidores, que representa dos tercios de la actividad económica, creció a un ritmo anual del 0,9 %, el menor aumento del último año y provocado por un desembolso más débil en el sector servicios de lo esperado.
Este leve avance en el consumo es también significativamente inferior al 2,5 % registrado en el trimestre final de 2018.
El optimismo con el momento económico del país se ha instalado en la Casa Blanca, que en su última propuesta presupuestaria vaticinó un ritmo de expansión económica anual por encima del 3 %, tanto para este año como para el próximo.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó este mes sus previsiones para Estados Unidos, al pronosticar que este año crecerá un 2,6 %, por encima del 2,3 % calculado previamente, pese a la actual disputa comercial entre Washington y Pekín.
Aunque los economistas coinciden en los efectos negativos de la guerra comercial, el presidente Trump ha hecho oídos sordos a estas advertencias al recalcar la "fantástica" salud de la economía del país.
Por su parte, la Reserva Federal (Fed) ha descartado prácticamente mayores subidas de tipos de interés en lo que resta de año, e incluso se ha sugerido la posibilidad de una bajada del precio del dinero, al tiempo que ha atenuado las perspectivas de crecimiento para este año del 2,3 al 2,1 %.
Después de varias alzas de los tipos de interés en 2018, el banco central estadounidense aseguró en marzo que no planea moverlos más "en lo que resta del año", debido a la ralentización interna de finales de 2019 y a un crecimiento menor al esperado en Europa y China.
Trump ha criticado duramente las subidas de interés de la Fed, que ha llegado a tachar de "innecesarias y destructivas", rompiendo con la tradición en Washington de respetar la independencia del banco central.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció este martes en Nueva York que ha aumentado la incertidumbre económica en EE.UU., pero se mostró contrario a reaccionar ante situaciones pasajeras y defendió la independencia del Banco Central ante las inauditas críticas de Trump.

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