DAR ES SALAM.- Los comercios de Tanzania dejarán de
proporcionar bolsas de plástico en cumplimiento de una orden del
Gobierno que entra en vigor hoy, pese a haber levantado preocupación
entre los pequeños empresarios por la falta de suministro de
alternativas ecológicas.
Con la decisión del
Ejecutivo, Tanzania sigue la ruta marcada en África por países como
Kenia o Ruanda, que ya prohibieron las bolsas de plástico por sus graves
efectos para el medioambiente.
La orden tanzana tiene sus orígenes en 2016, cuando se empezaron a prohibir las bolsas más desechables.
La normativa actual las prohíbe totalmente e impone penas y multas
tanto a su importación como a su fabricación, su comercialización y su
almacenamiento.
Su posesión y uso puede acarrear sanciones de hasta 200.000 chelines tanzanos (unos 87 dólares) o prisión durante una semana.
La ley también impone adoptar contramedidas de reciclado para los casos de uso inevitable de botellas de plástico.
No obstante, contempla excepciones a las restricciones como con los suministros médicos.
"Puedo llegar a vender hasta 30 bolsas al día, pero ahora el Gobierno
las ha prohibido y todavía no hemos empezado a recibir las bolsas
ecológicas alternativas de nuestros proveedores, no estoy seguro del
futuro", explicó Mussa Juma, un pequeño comerciante del distrito
de Kariakoo, en Dar es Salam.
Juma señala que ha
estado vendiendo bolsas de plástico toda su vida y que esa práctica es
parte de los medios de subsistencia para él, su esposa y sus dos hijos.
En los supermercados, sin embargo, el escenario es diferente y muchos
ni siquiera notarán un gran cambio de prácticas a partir de este 1 de
junio.
"Desde la directiva de 2016, hemos abandonado
lentamente el uso de las bolsas de plástico y empezado a usar
alternativas no gratuitas", explicó el responsable de ventas de un
supermercado de Dar es Salam que prefirió mantener el anonimato.
Muchos productores de bolsas del país, como Harsho Group, también
cambiaron sus fórmulas de negocio hacia alternativas ecológicas no
desechables.
No obstante, este cambio requirió fuertes inversiones.
El ministro de Medioambiente de Tanzania, January Makamba, enfatizó
esta semana en una reunión con las partes implicadas que la prohibición
traerá también oportunidades.
"Hemos firmado
contratos con tres compañías que comprarán las bolsas de plástico de
aquellos con muchas existencias para fabricar otros productos como
escritorios o sillas", explicó.
También se han
beneficiado los productores de bolsas de papel como Mufindi, cuyo
asistente de dirección, Gregory Chogo, contó que, desde que la
prohibición se emitió, se incrementó sustancialmente la demanda para
ellos.
Según cálculos de la ONU, de los 400 millones
de toneladas de desperdicios plásticos que se producen al año, solo el 9
% es reciclado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario