BRASILIA.- El Banco Central de
Brasil (BCB) recortó el jueves drásticamente su proyección de
crecimiento en 2019 a 0,8%, desde 2% en marzo, debido entre otros
factores al "retroceso de los índices de confianza de empresas y
consumidores".
La revisión, que se alinea con las previsiones del
mercado, expresa la decepción de los agentes económicos ante las
dificultades del presidente Jair Bolsonaro de poner en práctica sus
reformas promercado en su primer año de gobierno.
Recoge además la desaceleración del primer trimestre,
cuando el PIB brasileño se contrajo 0,2% respecto al trimestre anterior.
Fue la primera caída desde fines de 2016, cuando el país se aprestaba a
salir de dos años de recesión.
A la crisis le siguieron dos años de crecimiento flojo, de apenas 1,1% tanto en 2017 como en 2018.
Según
el "Informe trimestral de Inflación" del BCB, el único sector que no
sufrió una degradación de sus perspectivas de crecimiento respecto a
marzo fue la agricultura (+1,1%).
La proyección del crecimiento industrial fue recortada en cambio de 1,8% hace tres meses a 0,2% en la actualidad.
Y la del sector servicios cayó de 2% a 1%.
La
revisión "refleja el desempeño de la economía en el primer trimestre de
2019, de una magnitud inferior a la esperada; la moderación en el ritmo
de actividad (...) y el retroceso de los índices de confianza de las
empresas y los consumidores, con impactos sobre las perspectivas de
consumo e inversiones", sintetiza el BCB.
A inicios de año, tanto el gobierno como los mercados preveían un crecimiento en torno a 2,5% en 2019.
El gobierno ya redujo su previsión en mayo a 1,6% y debería revisarla de nuevo próximamente.
Los
mercados, por su lado, rebajan sus proyecciones desde hace 17 semanas,
según la última encuesta Focus realizada por el BCB con un centenar de
inversores y analistas. La última encuesta preveía un crecimiento de
0,87%.
Los mercados sancionan principalmente las dificultades de
gobierno para impulsar la reforma de las jubilaciones, considerada clave
para reducir el déficit público, en un clima político marcado por las
disputas entre los diferentes sectores que llevaron a la presidencial al
exmilitar ultraderechista.
La popularidad del gobierno entre la opinión pública también se ha erosionado considerablemente desde enero.
En
diciembre, a pocas semanas de asumir, el 64% de los brasileños tenía
expectativas de que su gestión sería "buena o excelente", según un
sondeo encomendado por la Confederación Nacional de Industrias (CNI) a
la consultora Ibope.
La última encuesta de CNI-Ibope, divulgada
este jueves, revela que actualmente apenas el 32% de los brasileños
aprueba la gestión de Bolsonaro, frente a un portentaje idéntico de
personas que lo consideran "malo" o "pésimo" y otro 32% que lo califica
como "regular".
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