domingo, 30 de junio de 2019

¿Qué forma tendría un nuevo plan del BCE para comprar deuda?

LONDRES.- Tras el bombazo de este mes de Mario Draghi anticipando nuevas medidas de relajación monetaria, algunos inversores apuestan por una vuelta a las compras de bonos por parte del BCE, y el debate se ha centrado en lo que debería comprar para lograr el mayor impacto posible.

Los mercados descuentan una reducción de los tipos de interés para el mes de septiembre, y las expectativas de que el Banco Central Europeo ponga en marcha otro programa de compra de activos -en el que la deuda corporativa desempeñará un papel más importante- han hecho que el índice de bonos corporativos iBoxx euro alcance niveles récord.
Los bonos de titulización de activos y los bonos garantizados también se han disparado en la última semana, mientras que los rendimientos de los bonos a cinco años en Italia, también considerados como uno de los principales beneficiarios de la expansión monetaria cuantitativa (conocida también por sus siglas en inglés, QE), cayeron casi el doble que los títulos equivalentes españoles, portugueses, franceses y alemanes, el día que intervino Draghi.
Una cosa está clara: el BCE tendrá que pensar de forma creativa y luego actuar con rapidez y a gran escala para generar tracción. El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años, la referencia de endeudamiento de la zona euro, ya se encuentra en -0,3%. “El BCE tiene que inventar algo que sorprenda al mercado. Necesitan proporcionar más, no menos, ser radicales en términos de lo que hacen y deben ser proactivos a la hora de hacerlo”, dijo Guy Miller, estratega jefe de mercado de Zurich Insurance Group. 

A continuación unas indicaciones de lo que se espera. 

1. Más pronto que tarde  
Las estimaciones sobre cuándo se lanzará la QE2 oscilan entre octubre y el primer trimestre de 2020.
NatWest Markets espera que la QE se reanude en octubre durante seis meses y prevé un anuncio en septiembre junto con un recorte de 10 puntos básicos.
“Después de haber dado ya la orientación a futuro para unos tipos sin cambios hasta mediados de 2020, nos parecen escasos los riesgos de reforzarlo con la compra de activos”, dijo Imogen Bachra, analista europeo de tipos de interés de NatWest.
El mandato de Draghi termina en octubre y, con la vista puesta en su legado, podría aprovechar la reunión de ese mes para anunciar el lanzamiento de una QE en noviembre, según Jack Allen-Reynolds, economista europeo de Capital Economics. 

2. El tamaño importa
Es probable que el BCE comience con una compra mensual de activos de entre 20.000 y 30.000 millones de euros durante seis o doce meses, según estimaciones de tres bancos.
En la primera ronda de QE, lanzada en marzo de 2015, las compras mensuales alcanzaron un máximo de 80.000 millones de euros en 2016, reduciéndose a 30.000 millones en diciembre de 2018, cuando finalizó el programa.
NatWest prevé un programa QE de seis meses por un valor total de 180.000 millones de euros, mientras que Barclays prevé un programa mensual de entre 20.000 y 30.000 millones de euros a partir de enero.
Sin embargo, ABN Amro prevé un programa de 630.000 millones de euros con una duración de nueve meses, es decir, con compras por valor de 70.000 millones de euros al mes. 

3. Reescribir las reglas
Sin duda, el BCE tendrá que modificar sus normas de compra de bonos.
Actualmente, tiene una regla que implica que cuanto más grande sea una economía, mayor será la cantidad de su deuda que compre el BCE. Pero en ocasiones recurre a cierta “flexibilidad” y seguirá haciéndolo, según opinan los bancos. Así, en la QE2 podría darse que haya más compras de deuda italiana, española y francesa y menos títulos alemanes.
Como alternativa, el BCE podría volver a redactar las normas, según apunta un informe. La institución limita sus tenencias a no más de un tercio de la deuda de cada país, pero elevar este límite al 50% permitiría nuevas compras netas de hasta 1,1 billones de euros antes de que escasee la deuda alemana, estima Berenberg.
El límite para emisores fue diseñado para evitar que el BCE se convirtiera en una “minoría de bloqueo” entre los acreedores de un país y votara en contra de futuras propuestas de reestructuración de la deuda.
De acuerdo con las posibles soluciones que se están estudiando, esta restricción puede ser eludida despojando a los bancos centrales de sus derechos de voto.
Versión interactiva: tmsnrt.rs/2EgAulf
 
4. Las empresas siguen contando
El BCE posee alrededor de 178.000 millones de euros en deuda corporativa, tras haber añadido esta categoría a sus compras de activos en 2016, sólo una pequeña parte de los 700.000 millones de valores corporativos admisibles, y una cifra muy por debajo de los cerca de 2 billones de euros que posee en deuda pública.
Esto sugiere que los bonos de empresas podrían desempeñar un papel más importante en la QE2.
Allen-Reynolds, de Capital Economics, cree que cualquier nuevo programa se dividirá a partes iguales entre bonos públicos y corporativos, añadiendo que el aumento de la cuota de los bonos corporativos podría tener un mayor impacto en el mercado.
Sin embargo, comprar deuda corporativa implica más riesgo. El BCE vendió el año pasado con pérdidas bonos del minorista sudafricano Steinoff, que se vio envuelto en un escándalo. 

5. ¿Comprar... bonos bancarios?
Una gran pregunta es si la QE podría ampliarse para incluir bonos bancarios.
Jeroen van den Broek, director de estrategia e investigación de DM en ING, estima que hasta 305.000 millones de euros de deuda bancaria podrían ser aptos para las compras de la QE2.
Sin embargo, la compra de bonos bancarios podría ser problemática debido al papel del BCE como supervisor bancario. Por lo tanto, puede que no quiera dar la impresión de que se está subvencionando al sector.

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