LONDRES.- Boris Johnson, favorito
para suceder a la primera ministra británica, Theresa May, y ferviente
defensor de un Brexit duro, reconoció la noche del lunes que necesita la
"cooperación" de la Unión Europea para amortiguar los golpes en caso de
una salida de la Unión Europea sin acuerdo.
En una entrevista
concedida a la BBC, Boris Johnson aseguró que si de aquí a julio se
convierte en primer ministro, su gobierno no impondrá en ningún caso "ni
controles ni fronteras duras en Irlanda del Norte".
El riesgo de que volviera a instalarse una frontera entre
esta provincia británica y la República de Irlanda, miembro de la Unión
Europea (UE), es una de las cuestiones más espinosas del Brexit.
Johnson
aseguró que no habrá controles ni fronteras incluso en caso de Brexit
duro, es decir, si el 31 de octubre (la fecha límite) Reino Unido sale
de la UE sin un acuerdo, como advirtió en varias ocasiones el propio
Johnson.
"Por supuesto no depende solo de nosotros", reconoció el
exministro de Relaciones Exteriores británico. "También depende del otro
bando. Por supuesto, hay un elemento muy importante, el de la
reciprocidad y la cooperación".
Johnson también hizo referencia a
un "periodo de transición", una cláusula prevista ya en el acuerdo que
alcanzaron Theresa May y sus socios europeos en noviembre, pero que él
considera "muerto" tras el rechazo del Parlamento británico hasta en
tres ocasiones.
"Pero necesitaremos algún
tipo de acuerdo y eso es precisamente lo que busco, para obtener un
periodo de transición", dijo el también exalcalde de Londres. Y para
ello, hay que "preparar seriamente y con determinación" una salida sin
acuerdo o bajo los términos de la Organización Mundial del Comercio para
demostrar a los europeos la "seriedad" de Reino Unido.
Entre
otras cosas, habría que convencer a Bruselas para reanudar las
negociaciones. En caso de que esta vía fracase, Boris Johnson prometió
que Reino Unido saldrá de la UE el 31 de octubre, incluso aunque no haya
un acuerdo.
Por otro lado, Johnson rehusó responder a la periodista
que lo entrevistaba respecto a la reciente disputa con su pareja, Carrie
Symonds.
"Es una de mis reglas desde hace muchos, muchos años
[...]: no hablo sobre temas que involucren a mi familia y seres
queridos", dijo, considerando "injusto" el "arrastrarlos" a cuestiones
políticas.
El viernes, la policía de Londres acudió al domicilio
de la pareja tras recibir una llamada de un vecino que señaló una
acalorada discusión, gritos y portazos.
Previamente,
el lunes, el actual ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy
Hunt, instó a Boris Johnson a no evitar las preguntas, en este caso no
sobre su vida privada, sino sobre el Brexit.
Los dos rivales, que
luchan por la sucesión de Downing Street, habían recibido una invitación
de Sky News para un debate televisivo el martes, pero Johnson declinó
la invitación, por lo que la emisión no tendrá lugar, indicó la cadena.
Instando
a Johnson a participar en el programa, Hunt lanzó: "No sea cobarde,
Boris, sea un hombre y demuéstrele a la nación que puede hacer frente al
intenso escrutinio que implica el trabajo más difícil del país".
"Debatir sobre la vida privada de Boris no me interesa",
precisó en declaraciones al diario The Times. "Pero sí quiero
interrogarlo sobre la forma en la que puede 'garantizar' que saldremos
de la UE el 31 de octubre si el Parlamento vota en contra de una salida
sin acuerdo".
Este ataque se inscribe en la estrategia de Hunt, de
52 años, quien se presenta como el candidato "serio" frente a un
carismático y controvertido Johnson, de 55, que carga sobre sí una larga
lista de errores.
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