SINGAPUR.- Pekín haría mejor en dejar la pistola de tierras raras dentro de su
cartuchera. China, que domina el suministro de minerales como el
neodimio, ha insinuado que podría restringir las exportaciones a Estados
Unidos.
Sin embargo, una prohibición así sería difícil de implementar y los
embargos han empujado en el pasado a que los compradores buscasen
sustitutos. Y lo que es peor, usar estos elementos como arma arrojadiza
podría minar la credibilidad que el gigante asiático necesita para
explotar yacimientos en el extranjero.
Las tierras raras, como se
denominan a 17 minerales cotizados por sus propiedades físicas, se
utilizan en imanes, láseres, coches eléctricos, aplicaciones militares y
más cosas. Y aunque no sean raros, no es frecuente encontrarlos
concentrados en depósitos comercialmente viables.
Pekín, que ha
arrinconado deliberadamente el mercado como cuestión de política,
produjo casi el 70% de las tierras raras el año pasado y mantenía casi
el 40% de las reservas según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Por
lo tanto, esta nueva retórica dura no debería suponer una sorpresa.
China usó su dominio como castigo en el mercado en 2010, cuando
implementó un cupo de exportación no oficial durante una disputa
territorial con Japón, decisión que provocó un aumento mundial en los
precios.
En esta ocasión, la amenaza parece más oficial. El
presidente chino Xi Jinping visitó una planta de tierras raras la semana
pasada, lo que provocó un repunte de las cotizaciones de las compañías
relacionadas.
El poderoso organismo de planificación económica del país
hizo comentarios amenazadores el martes, y un editorial del diario
oficial del Partido Comunista recordaba al día siguiente la “incómoda”
dependencia de Estados Unidos de las tierras raras chinas.
Las
prohibiciones son fáciles de anunciar, pero difíciles de hacerlas
cumplir, y no solo por el contrabando generalizado. China puede dejar de
vender material bruto y procesado a Estados Unidos, pero las empresas
estadounidenses aún pueden comprar a terceros en Malasia o Japón.
Es
más peligroso para China a largo plazo, el riesgo de que los clientes
encuentren sustitutos en el suministro. Durante las restricciones con
Japón, por ejemplo, empresas muy afectadas como Panasonic, Hitachi,
Honda se adaptaron, reciclando tierras raras en componentes existentes y
reduciendo su empleo.
Pero
hay otras áreas donde China está demostrando la previsión que hizo con
las tierras raras. Ha estado invirtiendo fuertemente en elementos como
el cobalto, el litio y el cobre, ingredientes necesarios para las
baterías recargables de los coches eléctricos y otros productos, y para
tecnologías de energías limpias.
Estos activos se extraen
mayoritariamente fuera de China, por lo que convertir la riqueza mineral
en un arma podría fácilmente incrementar la desconfianza en las
empresas chinas si los políticos locales temen quedar atrapados en fuego
cruzado.
Tianqi Lithium recibió presiones en Chile el año
pasado y la hostilidad podría seguir subiendo. Quizás el precio a pagar
podría ser demasiado alto.
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