MOSCÚ.- El sector turístico ruso
se hallaba en estado de shock este sábado por la decisión gubernamental
de prohibir vuelos entre Rusia y Georgia, una medida aparentemente de
represalia ante las manifestaciones hostiles en la capital de esa
república del Cáucaso.
El viernes, el presidente Vladimir Putin prohibió a las aerolíneas rusas volar hacia Georgia a partir del 8 de julio.
Ese mismo día, al menos 15.000 personas habían respondido
en Tiflis a la convocatoria de la oposición y se dieron cita frente al
Parlamento de Georgia.
La manifestación se produjo por la indignación
que provocó la intervención de un diputado ruso en el hemiciclo
georgiano.
Esa prohibición de vuelos a Georgia tiene como objetivo
"garantizar la seguridad nacional rusa, y proteger a los ciudadanos
rusos de actividades criminales e ilegales", según el Kremlin.
El
sábado, Rusia reforzó las medidas de boicot aéreo al prohibir, a partir
de la misma fecha, los vuelos de aerolíneas georgianas hacia territorio
ruso.
"El turismo en Georgia está aumentando, y esta decisión es
dura para toda la industria", dijo en un comunicado Aleksan Mkrtchyan,
jefe de Pink Elephant, una cadena de agencias de viaje.
Según el
consenso general en el sector, Georgia no es un destino peligroso. "Los
georgianos siempre han tratado bien a los rusos" afirmó Irina
Tyurina, portavoz del sindicato ruso de turismo.
Los dos países se
afrontaron en una corta guerra en 2008 tras una intervención militar
rusa en Georgia. Además Rusia mantiene tropas en dos regiones
separatistas prorrusas georgianas fronterizas con su territorio.
Georgia
es uno de los principales destinos para el turismo ruso. El año pasado
1,3 millones de rusos visitaron este país, una exrepública soviética.
En
un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores ruso pidió el
sábado a las autoridades georgianas que garanticen la seguridad de los
periodistas rusos en esa república tras un "intento de agresión", según
la cancillería, contra un equipo de la televisión pública rusa "Rossia
24" en Tiflis.
Moscú ya prohibió los vuelos rusos hacia Georgia en
octubre de 2006, luego en agosto de 2008 tras la guerra en Abjazia y
Osetia del Sur.
Una conocida chef rusa, Elena Shekalova, se
declaró mediante Facebook "conmocionada" por las prohibiciones. "¿Porqué
deciden en nuestro lugar lo que no podemos comer, dónde no podemos ir o
con quién no podemos ser amigos?", se preguntó.
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