PARÍS.- Un informe publicado este
martes denuncia el uso de las nuevas tecnologías en la prostitución,
con proxenetas que gestionan sus actividades por WhatsApp, buscan a sus
víctimas en Instagram y atraen a sus clientes en anuncios en internet.
"La
prostitución y la explotación sexual en internet son una plaga en plena
expansión", afirma la Fundación Scelles, que publicó un estudio de 548
páginas llamado "Sistema prostitucional: nuevos desafíos, nuevas
respuestas".
La mayoría de sistemas de mensajería y redes sociales,
como WhatsApp, Tinder, Facebook, Instagram, Snapchat o Airbnb, se usan
para la prostitución, según el estudio, que analiza la situación en 35
países.
En 2016 un proxeneta ruso fue detenido por dirigir una red
de prostitución en Líbano y en todo Oriente Medio a través de WhatsApp,
cuyo sistema de encriptado de mensajes dificulta la vigilancia de las
autoridades.
En Israel, "Tinder es actualmente el instrumento más utilizado para buscar prostitutas", según el informe.
En
Francia, las chicas jóvenes son víctimas del auge del proxenetismo en
los barrios más pobres. En muchos casos son jóvenes, alejadas de su
familia y drogadictas, que los proxenetas localizan por Snapchat o
Instagram. Luego se prostituyen en apartamentos alquilados por Airbnb.
En
Zambia hay estudiantes que acuden a los cibercafés, muy populares
porque facilitan el acceso a internet, y utilizan grupos de WhatsApp y
Facebook para poner en relación a las personas que se prostituyen con
sus clientes.
"Todos los países están afectados, ya sea con una
legislación restrictiva, como en China, o permisiva, como en Alemania",
apunta el magistrado Yves Charpenel, presidente de la Fundación
Scelles.
Esta "prostitución 2.0" ha sustituido desde hace algunos años a la
prostitución en la calle. En Francia representa dos tercios del total de
prostitución, según el informe.
La Fundación Scelles, que
menciona una nota del ministerio francés del Interior de mayo de 2018,
subraya que por primera vez en 2017 el porcentaje de víctimas
identificadas que ejercen en la vía pública fue inferior al de las
víctimas que ejercen en apartamentos o hoteles.
Internet ha hecho desaparecer la prostitución callejera, que ahora
solo es marginal, apunta Charpenel y denuncia un sistema "industrial y
sin riesgo" de explotación sexual en internet, que permite a los
proxenetas "evitar riesgos personales" y estar "distanciados del
tráfico".
"Desde un mismo ordenador, una red criminal puede
identificar sus futuros 'productos', atraer a los clientes y luego
blanquear el dinero", asegura.
En paralelo, las autoridades a
veces tienen dificultades para identificar los anuncios de prostitución
ambiguos que hablan de "masajes" o de "momentos de evasión".
Para frenar el fenómeno "hay que construir una auténtica gobernanza de internet", reclaman la Fundación Scelles.
En
Francia, la ley sobre la prostitución de abril de 2016, que incluye
medidas para penalizar a los clientes, obliga a los proveedores de
acceso a internet a poner en marcha un sistema para señalar contenido
fraudulento.
"No es suficiente. La prostitución genera tantos
beneficios que está por todos partes. Hay que responsabilizar más a las
plataformas", afirma Charpenel.
Sin embargo, el informe apunta que
se están dando los primeros pasos. En Francia, la web Vivastreet,
investigada por "proxenetismo agravado", decidió en junio de 2018
suspender su sección de "Encuentros" para evitar su "uso inapropiado".
En
Estados Unidos, el congreso adoptó en marzo de 2018 una ley que puso
fin a la impunidad de las web que publican anuncios de prostitución y
permitió cerrar Backpage, considerada por sus detractores como la
principal web de prostitución en el mundo.
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