OSAKA.- El presidente estadounidense, Donald
Trump, llegó hoy a Osaka para participar este viernes y sábado en la
cumbre del G20, marcada por las expectativas de una posible tregua en la
guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Trump
aterrizó en la ciudad japonesa a las 18.42 hora local (11.42 GMT), seis
horas después de que llegara el presidente chino, Xi Jinping, con el que
se reunirá el sábado para intentar contener las tensiones comerciales.
La fuerte lluvia que marcó la llegada de otros líderes,
como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se había moderado
cuando llegó Trump, pero el presidente recurrió aún así a un gran
paraguas negro para bajar las escaleras del Air Force One.
Después
de saludar al comité de bienvenida japonés, liderado por el ministro de
Exteriores Taro Kono, Trump se dirigió a su limusina para encaminarse
hacia una cena de trabajo con el primer ministro australiano, Scott
Morrison, quien quería plantearle su interés en que se resuelva la
guerra comercial con China.
"El impacto de cualquier
deterioro posterior de la relación (entre Estados Unidos y China) no se
limitará a estas dos grandes potencias", advirtió Morrison en un
discurso este miércoles.
Antes de su encuentro del
sábado con Xi, el presidente estadounidense mantendrá este viernes
sendas reuniones bilaterales con los presidentes de Rusia, Vladímir
Putin, y Brasil, Jair Bolsonaro, en los que se espera que salga a
relucir la crisis política en Venezuela.
La agenda de
bilaterales de Trump incluye también al príncipe heredero saudí, Mohamed
bin Salman; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; la canciller
alemana, Angela Merkel; y los primeros ministros de la India, Narendra
Modi; y Japón, Shinzo Abe.
Esta es la segunda visita
de Trump a Japón en un mes, dado que a finales de mayo viajó a Tokio
para reunirse con el nuevo emperador de Japón, Naruhito, poco después de
que accediera al trono.
El sábado, cuando concluya la
cumbre del G20, Trump volará rumbo a Seúl, donde se reunirá con el
presidente surcoreano, Moon Jae-in, para abordar el estancado proceso de
distensión con Corea del Norte.
La Casa Blanca no ha
descartado que Trump pueda acercarse a la zona desmilitarizada en la
frontera intercoreana, un área que el mandatario ya quiso visitar
durante su primera visita a Corea del Sur en 2017 pero que finalmente no
pudo ver por el mal tiempo.
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