CHISINÁU.- Un tribunal moldavo destituyó de sus funciones el domingo al
presidente Igor Dodon, lo que agudizó el enfrentamiento entre partidos
políticos rivales en torno a la formación de un nuevo Gobierno tras
meses de estancamiento.
Su sucesor, el ex primer ministro Pavel
Filip, anunció en seguida la celebración de elecciones anticipadas en
septiembre, mientras que miles de simpatizantes del partido de Filip se
reunieron en la capital, Chisináu.
La crisis amenaza con aumentar
la inestabilidad en una de las naciones más pequeñas y pobres de
Europa, con 3,5 millones de habitantes, donde la arraigada corrupción y
el bajo nivel de vida han empujado a muchos ciudadanos a emigrar a Rusia
o a países europeos más ricos.
El
partido socialista de Dodon, apoyado por Rusia, había anunciado el
sábado que estaba formando un Gobierno de coalición con el bloque
pro-europeo ACUM, una curiosa alianza diseñada para mantener fuera del
poder al partido dirigido por el magnate Vladimir Plahotniuc.
El
Partido Democrático de Moldavia de Plahotniuc dijo que la nueva
administración había intentado apropiarse del poder a instancias de
Rusia, criticando la negativa de Dodon a disolver el Parlamento después
de que los partidos no cumplieran con la fecha límite del 7 de junio
para formar un Gobierno, establecida por un tribunal.
Dodon dijo
que el tribunal no era políticamente independiente y acusó a los
demócratas de tratar de aferrarse al poder. Pidió a la comunidad
internacional que intervenga.
“Los
ciudadanos moldavos con diferentes opiniones sobre la política interior
y exterior pueden unirse en aras de un objetivo común: la liberación de
la República de Moldavia del régimen criminal y dictatorial”, dijo
Dodon.
“Ante esta situación, no nos queda más remedio que hacer
un llamamiento a la comunidad internacional para que medie en el proceso
de traspaso pacífico del poder y/o haga un llamamiento al pueblo de
Moldavia para que se movilice y proteste pacíficamente sin precedentes”.
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