MILÁN.- Una larga investigación criminal sobre la venta de diamantes por parte
de los bancos italianos ha revelado, según los fiscales, nuevas pruebas
de corrupción de directivos de UniCredit, el mayor grupo bancario de
Italia, y de su competidor Banco BPM. Las acusaciones —algunas de
ellas no publicadas antes en medios de comunicación— se describen en
documentos utilizados por los fiscales cuando solicitaron una orden
judicial para confiscar activos a los bancos y a dos intermediarios de
diamantes.
Los documentos también incluían
extractos de escuchas telefónicas y declaraciones de testigos. Las
acusaciones se refieren a presuntos delitos y no significan
necesariamente que los fiscales acusarán a las empresas y a sus
empleados cuando concluya su investigación, en curso desde 2016.
Sin
embargo, el número de empleados bancarios sospechosos y las acusaciones a
las que pueden enfrentarse si se les acusa son cada vez mayores.
Como novedad, empleados de UniCredit y Banco BPM también son sospechosos
de corrupción porque el intermediario Intermarket Diamond Business
(IDB) invirtió parte de sus ganancias de las ventas de diamantes en
acciones de los bancos, según las pruebas reunidas por los fiscales.
Además de UniCredit y Banco BPM, Intesa Sanpaolo y Banca Monte dei
Paschi di Siena también están bajo investigación. En febrero, los
magistrados que dirigían la investigación ordenaron la incautación de
más de 700 millones de euros en activos de los dos intermediarios y
cinco bancos.
UniCredit dijo en un comunicado que estaba
cooperando estrechamente con las autoridades y que su política era no
hacer comentarios sobre una investigación en curso. Añadió que “seguiría
ofreciendo servicios de atención al cliente adecuados para sus clientes
afectados”. Los abogados de Banco BPM, Banca Aletti, Intesa Sanpaolo
y el BID no respondieron a solicitudes de comentarios por periodistas. Los abogados de
Monte dei Paschi se negaron a hacer comentarios.
Se trata de un
escándalo que lleva atrayendo la atención de los medios desde hace
tiempo y afecta a un sector ya empañado por la polémica. Se sospecha que
los bancos más grandes de Italia conspiraron con los intermediarios de
diamantes para estafar a sus propios clientes, supuestamente
vendiéndoles diamantes a precios muy inflados al tiempo que los
comercializaban como inversiones financieras sólidas.
Según un
abogado penalista, a tenor de la legislación italiana,
si los bancos son acusados y condenados, podrían ser multados con
millones de euros, con el riesgo de perder el total de 161 millones de
euros que les fueron embargados en febrero e incluso podrían ser
suspendidos temporalmente de operar por orden judicial.
Se estima que
más de 100.000 personas han comprado diamantes en bancos italianos en
los últimos 20 años, según fuentes judiciales.
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