BRUSELAS.- Responsables de la Unión
Europea (UE) y de los países del Mercosur continuarán el viernes su
negociación de cara a cerrar un acuerdo de libre comercio entre ambos
bloques, pendiente de la voluntad política para culminarlo.
Los
cancilleres de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay tomaron el
miércoles por la noche las riendas de la discusión con los comisarios
europeos de Agricultura y Comercio, así como del vicepresidente de la
Comisión para Inversiones.
Pero la discusión para resolver los asuntos más sensibles,
dejados por los equipos negociadores a los políticos, se prolongó
durante la noche del jueves y "continuará el viernes", según una fuente
de la Comisión Europea.
"Ambas partes están trabajando arduamente
para solventar las cuestiones pendientes", agregó. Una fuente cercana a
la negociación aseguró en la mañana que la jornada del jueves podía "ser
decisiva", pero todo era "incierto" todavía.
Entre las
principales incógnitas por despejar se encuentra la oferta europea para
la carne de vacuno, así como la protección de determinados productos
europeos en los países sudamericanos, según fuentes conocedoras de la
negociación.
"Dudo que la oferta
europea sobre la carne de vacuno en su conjunto sea suficiente para
abrir el mercado automovilístico sudamericano, que es el corazón de este
acuerdo", resume un diplomático europeo.
Iniciadas en 1999 y
retomadas de nuevo en 2010 tras un paréntesis de 6 años, las
negociaciones entre la UE y el bloque sudamericano podrían encontrarse
en su recta final, vistas recientes declaraciones a ambos lados del
Atlántico.
Pero, a medida que se vislumbra la meta de las maratónicas
discusiones, la presión del sector agrícola y de las asociaciones
ecologistas en la UE aumentan contra un eventual acuerdo, poniendo en
jaque a países como Francia.
Los mandatarios de Francia, Irlanda,
Bélgica y Polonia enviaron este mes una carta al titular de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, para expresarle su "profunda preocupación"
sobre el impacto de un acuerdo en la agricultura.
Los dirigentes
de siete países europeos, entre ellos España, Alemania y Portugal,
respondieron con otra misiva a Juncker para expresarle los beneficios de
un acuerdo, llamando a ambas partes a "hacer algunas concesiones
finales".
"El contexto político está bastante cargado en Europa",
reconoce el diplomático europeo, para quien en muchos países resurge el
debate contra los acuerdos comerciales, registrado años atrás con la
negociación de un pacto con Estados Unidos.
No
obstante, el anuncio de un "acuerdo político" en los próximos días "es
posible", según la fuente cercana a la negociación, advirtiendo que
"también puede no haber ningún acuerdo en absoluto".
De no
lograrse el avance necesario en Bruselas en la reunión ministerial, la
negociación podría pasar directamente al más alto nivel, en los márgenes
de la cumbre del G20 prevista el viernes y el sábado en Osaka.
El
presidente de la Comisión Europea tiene prevista el sábado una reunión
en la ciudad japonesa con el presidente de Argentina, Mauricio Macri,
que ejerce la presidencia pro-témpore de la organización sudamericana.
Además
de Macri y de su par brasileño, Jair Bolsonaro, por el Mercosur, del
lado europeo estarán los mandatarios de Francia, Emmanuel Macron; de
Alemania, Angela Merkel; España, Pedro Sánchez; y Países Bajos, Mark
Rutte.
A su llegada a Japón, Bolsonaro aprovechó para responder a
las críticas de Merkel, quien dijo el miércoles querer una "conversación
clara" con el brasileño para exponerle su "preocupación" por sus
acciones en la deforestación de Brasil.
"Brasil puede ser un
ejemplo para Alemania inclusive en el medio ambiente. La industria de
ellos sigue siendo fósil, en gran parte con carbón, y la nuestra no",
respondió el mandatario ultraderechista.
Aunque la alemana aseguró
que esto no afectaría a la negociación entre la UE y el Mercosur, la
cuestión ambiental sí que es una prioridad para Macron, que ya reiteró
en varias ocasiones su oposición a llegar a acuerdos con un país no
comprometido con el Acuerdo de París sobre clima.
Si se anuncia
finalmente un "acuerdo político", se abriría un período para chequear el
texto jurídicamente y traducirlo a las diferentes lenguas, antes de su
firma final, que debe contar con el aval de los 28 países de la UE.
Un
eventual acuerdo de libre comercio que permitiría eliminar aranceles en
sectores como el automóvil o el agrícola entre ambos bloques sería uno
de los mayores firmados por la UE, creando un mercado de 770 millones de
consumidores.
El comercio entre los países europeos y los del
Mercosur se elevó en 2018 a casi 88.000 millones de euros, con la
balanza comercial ligeramente favorable a los europeos en unos 2.500
millones de euros.
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