PARAGUAY.- El grito de "reforma agraria, urgente
y necesaria" volvió a brotar este viernes de las gargantas de los
centenares de campesinos paraguayos que desde hace cinco días mantienen
el "asedio" del edificio del Ministerio de Agricultura y Ganadería
(MAG), en el centro de Asunción.
De hecho, los
campesinos, que exigen al Gobierno que cumpla un acuerdo sobre deudas y
producción, impidieron el jueves la entrada de los funcionarios del MAG,
que se vio obligado a paralizar la actividad del día dando asueto al
personal.
Hoy no se llegó a ese extremo, pero los labriegos
volvieron a alzar sus palos de madera para emitir consignas contra el
Ejecutivo que preside Mario Abdo Benítez, del conservador Partido
Colorado.
Ello ante la presencia de decenas de
policías, colocados en varios cordones de seguridad, y en medio de las
carpas en las que comen, duermen y organizan su actividad.
Las carpas bloquean desde el lunes el tráfico en esa céntrica calle
capitalina y en otras adyacentes, una zona de servicios y comercios.
Lemas instando a la "resistencia", a la unión del pueblo y contra
quienes "roban a la nación", en alusión a los responsables del MAG, se
combinaron esta mañana con el ondear de banderas y entre el humo de los
fogones en el que hierven la mandioca del día.
Y es que las inmediaciones del MAG son desde el lunes el espejo de una realidad de pobreza, pero también de lucha.
Convocados bajo la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI), acusan
al Gobierno de Abdo Benítez de incumplir un acuerdo firmado el 28 de
marzo, y que se publicitó como un éxito y ejemplo de la voluntad
negociadora del Gobierno con ese sector.
En el
acuerdo, el Ejecutivo se comprometió a facilitar el acceso a la tierra,
la refinanciación y reestructuración de los créditos vencidos, la
regularización de las deudas judicializadas y la reactivación económica
productiva para la agricultura familiar.
Mientras que
los campesinos sostienen que ese pacto se quedó en una mera firma,
desde el Gobierno aseguran que ya han conseguido avances en esos puntos.
Así las cosas, los campesinos anuncian que seguirán acampados el tiempo
que haga falta frente al MAG hasta que el Gobierno no aporte propuestas
concretas que deriven en hechos.
Ello anticipa otra
nueva semana de movilización campesina en el centro de Asunción por el
cumplimiento de esos pactos firmados con el Gobierno y encaminados a
fortalecer al productor familiar de un sector que malvive a expensas de
los intermediarios.
La Coordinadora Nacional
Intersectorial es una de las organizaciones que en Paraguay defienden a
un rubro que vive en precariedad y que denuncia que está siendo anulado
por el monocultivo a gran escala (soja) y por la injusta distribución de
la tierra.
Paraguay, con un porcentaje de población
campesina que representa a un 35 % del total de la población, es también
el cuarto exportador de soja a nivel mundial, después de Estados
Unidos, Brasil y Argentina.
Este cultivo avanza desplazando a los grupos campesinos hacia las ciudades, según denuncian organizaciones como Oxfam.
Según Oxfam, Paraguay tiene también la mayor concentración en la
propiedad de la tierra del mundo, donde el 90 % de los terrenos está en
manos del 5 % de los propietarios.
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